El Almería se queda ‘pajarito’ en Soria

Deja helada a su afición

La imagen.
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Carlos Miralles
21:49 • 30 abr. 2016

Y se apagó el Almería. Como si se hubiera pulsado un inerruptor y la luz desapareciera para los rojiblancos. Carentes de argumentos y de reacción ante el Numancia, el conjunto de Pipo Goro vuelve de vacío y con la sensación de haber perdido una oportunidad de consolidarse fuera de los puestos de descenso. Las caras de los jugadores en zona mixta denotaba que no se lo esperaban, pero el partido les superó.




Desaparecido
Falta de intensidad, con desajustes defensivos, todo de cara para el Numancia. El gol de Unai Medina lo que fue el equipo durante 45 minutos. El lateral arrancó desde la banda y se internó en el área para batir a Casto junto al palo derecho. Todas las disputas y balones divididos caían del lado local. Lo mejor al descanso era el resultado, y la esperanza de ver la reacción de unos futbolistas que, como José Ángel apuntó en Carrusel, “también nos estamos jugando el futuro”. Ese arreón de espíritu llegó... demasiado tarde. 
Sin apretar, el Numancia se llevó el partido a su terreno, con Julio Álvarez campando a sus anchas por Los Pajaritos, y marcó el segundo nada más comenzar el segundo tiempo. Álex Alegría remató una falta sacada por Julio Álvarez, dejando a Casto clavado junto a su poste derecho. La pelota besaba suavemente la red rojiblanca. 2-0 y a mirar a otros campos para no caer a la zona de descenso. A raíz del segundo, más por empuje que por elaboración, apretaron los rojiblancos, pero no había nada que hacer, el encuentro tenía un rumbo definido hacia el lado rojillo.
Pipo Goro vio frenada su mejor racha en el banquillo de diez jornadas seguidas sin ganar. Esta imagen del Almería ya no es nueva, si bien es la primera derrota contundente y merecida, junto con la de Leganés, porque esta temporada se ha vivido de todo, desde grandes alegrías como la del Bilbao Athletic a la ‘desaparición del equipo ante el Numancia ayer.




¿Un lunar?
6 finales de sufrimiento es lo que queda, y con el Almería de ayer más vale rezar. Preocupa la desconexión total, como si los 40 puntos hubieran dado demasiada calma. El hambre, el querer morder de Ponferrada, nada existió en Soria. Hasta Pipo se quedó sin palabras en rueda de prensa. El examen profundo quedará para el cuerpo técnico, porque hay que buscar explicación a este borrón del Almería en su lucha por la permanencia. 90 minutos de Almería plano, del que nadie quiere ver ni en los resúmenes de la televisión. Ya no queda tanto: seis partidos. Ese dulzor de la victoria y la racha sin perder se transformó en amargura con la derrota.









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