El mejor partido fuera de casa no le llega a este Almería para ganar

 La Llagostera estuvo siempre a merced de un Almería superior en todo

Quique perdonó.
Quique perdonó.
Carlos Miralles
23:50 • 25 may. 2016

Agarrados al aire. El Almería hace el mejor partido de la temporada fuera de casa, no gana, y vuelve a la zona de descenso. Quien no vio el partido puede pensar que fue un choque aburrido, sin ocasiones, sin mordiente. Nada de eso. Los rojiblancos salieron valientes partiendo de un orden táctico que aportaba en la medular la gran novedad, un Ramón Azeez que se hizo con el mando del equipo sobre el terreno de juego. Y eso que desde Navidad no había disputado ni un solo minuto en su vuelta a la primera plantilla.
Hubo miedo, presión, ansiedad en los primeros compases, con un Almería sorprendiendo con Dubarbier de extremo y Ximo de lateral izquierdo. Quique perdonó el 0-1 y tocaba esperar a la próxima. La más clara, en cabeza de Uche, quien remató un centro de Michel a las manos de René. Eso sí, la Llagostera había avisado con un gol en fuera de juego muy dudoso. Se llegó al descanso con 0-0 y con la sensación de que el gol era cuestión de tiempo. Pues ni con esas.




No hubo forma




Hizo un amago el Almería de caerse en la segunda parte, porque hasta el tramo final no hubo llegadas claras a la meta de René. La Llagostera sabía que alguna tendría, si bien los rojiblancos cuajaron uno de los encuentros más regulares en la parcela defensiva.
Todo estaba para ganar, dar el zarpazo casi definitivo y decir: ¡Somos de Segunda!. Y otra vez se repitió la historia, con disparos y remates que se iban rozando el poste y una última jugada en la que la pelota tocó en el palo y se marchó a córner. Aunque el duelo hubiera durado tres días más el marcador seguiría siendo de empate sin goles.
Precisamente, Llagostera y Almería se condenaron juntos en Palamós. Los locales casi descendidos matemáticamente y el cuadro rojiblanco ya no depende de sí mismo (está a dos de salir). Se puede decir que queda agarrado al aire, dependiendo de otros equipos para salvarse. 




Se acabó...
Aun queda vida. El enfermo se resiste a caer por muchos golpes que le den, como el de la Ponferradina, que marcó el 2-1 al Albacete cuando los 22 protagonistas se marchaban al vestuario. Caras de circunstancias en los futbolistas, que han dejado los deberes para el final y no quieren suspender. Las únicas cuentas son ganar a Mirandés y Córdoba y esperar. Con partidos como el de Palamós es normal que más de uno se pregunte, ¿por qué el Almería no ha jugado así durante todo el curso?. No hay respuesta. Son dos finales. En poco más de una semana se sabrá si esta tierra pierde su sitio en la LFP. No os rindáis todavía.








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