Antonio Pérez Lao se despide de Cajamar tras 45 años de servicio

Lo sustituirá en el cargo el economista Jerónimo Molina

Antonio Pérez Lao, presidente de la Fundación Cajamar
Antonio Pérez Lao, presidente de la Fundación Cajamar
Antonio Fernández
23:44 • 06 jun. 2016

El actual presidente de la Fundación Cajamar, Antonio Pérez Lao, aprovechó ayer el que puede ser su último acto como presidente de esta institución, la firma de un convenio con el IFAPA (Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesqueda de la Junta), para anunciar su marcha.




Su marcha se hará oficial en la reunión que el Patronato de la Fundación tiene previsto celebrar el próximo día 21 de junio para hacer balance y cerrar el ejercicio de 2015. Se oficializará su marcha y el nombramiento de su sucesor, Jerónimo Molina Herrera.




Durante su comparecencia de ayer afirmó que sería la última firma como presidente después de casi medio siglo de trabajo en una entidad en la que lo ha sido prácticamente todo. Decía que han sido “45 años de trabajo en el corazón de esta gran familia que es Cajamar, que ha avanzado de forma paralela al sector agroalimentario y que es un referente para el cooperativismo, su seña de identidad y su razón de ser”.




La evolución
Explicó que en este largo periodo de tiempo la evolución de la caja ha sido constante “porque se ha ido adaptando a los requerimientos de su entorno y a las necesidades de los clientes y de los mercados, hasta convertirse en un referente claro de las cooperativas de crédito a nivel nacional”.




Una evolución en la que él ha tenido un papel esencial al haber coincidido su presidencia (entre los años 2006 a 2012) con la etapa de mayor actividad en el plan de expansión de Cajamar.




Un periodo de fuerte crecimiento, pero no exento de tensiones en las que Antonio Pérez Lao tuvo un papel determinante por su talante cercano y su capacidad de negociación. Recueda que en los momentos difíciles “utilizaba el sentido del humor para decargar tensiones: un chistecillo o un chascarrillo para retomar la cordialidad y tratar de cerrar los acuerdos que buscábamos”.




Defensor decidido del modelo cooperativo y de ese ADN Agro del que hace gala el grupo Cajamar, fue durante muchos años la imagen amable de la entidad almeriense, el hombre conciliador imprescindible para llevar a puerto los planes de la Caja.





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