‘Márgenes Arquitectura’ repasa la obra esencial de Antonio Jiménez Torrecillas

La revista dedica su número diez a los diseños de madurez del creador fallecido hace un año

Estación de Alcázar Genil, obra de Jiménez Torrecillas, del número diez de ‘Márgenes’.
Estación de Alcázar Genil, obra de Jiménez Torrecillas, del número diez de ‘Márgenes’.
Marta Rodríguez
22:33 • 15 jun. 2016

Un encargo, una promesa y un homenaje que nace desde la más profunda admiración. Esto es el último número de ‘Márgenes Arquitectura’, la revista de tirada nacional con sede a medio camino entre Almería y Granada que ha dedicado un monógráfico al arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas fallecido en junio de 2015.




Durante sus últimos meses de vida, los directores de la revista, el almeriense José Miguel Gómez Acosta y Daniel López Martínez, trabajaron mano a mano con él ordenando el material que ha dado forma al número diez de ‘Márgenes’. El resultado es un repaso a sus cinco últimas obras, “las obras de madurez, como él a menudo las llamaba”, en una publicación que le era cercana por todas las veces que había colaborado en ella.




Estas creaciones de madurez son la estación de Alcázar Genil, el ascensor del Palacio de Carlos V y el Carmen de Hongying Liu en Granada, la galería Jack Shainman en Nueva York y la casa de Luis García Montero y Almudena Grandes en Rota.




“Hay en las cinco una manera de entender la tradición desde el momento presente, una ‘marca de la casa’ que puede verse ya en intervenciones anteriores como el Centro Guerrero, la Torre del Homenaje de Huéscar o la Muralla Nazarí del Alto Albaicín. En todas estas obras puede percibirse un cuidado por el detalle, por lo que de real hay en la arquitectura. Algo que tiene que ver con la poesía de lo pragmático, la belleza de lo sincero, de lo que surge de manera natural”, reflexionan en una entrevista a LA VOZ Gómez Acosta y López Martínez.




En palabras de ambos, en todas y cada una de las obras está presente una línea ideológica que ha marcado a toda una generación de jóvenes arquitectos: “Herencia, evolución: transmisión. El verdadero valor no está tanto en lo que generosamente hemos heredado, como en aquello que generosamente debemos aportar”. 




Sello y a la vez legado
El sello de Antonio Jiménez Torrecillas constituye, al mismo tiempo, su gran legado y tiene que ver con esa transmisión de conocimientos. “Recuerdo cómo, al poco de conocernos, Antonio contaba que, tras largos años de formación en los que había tenido la suerte de recibir enormes enseñanzas de forma generosa, le tocaba a él ahora tomar el relevo y ayudar a transmitir todo aquello que, tras años de tentativas, hallazgos y derrotas, había logrado aprender”, indica José Miguel Gómez Acosta.




Situar al protagonista del último número de ‘Márgenes’ en el panorama de la arquitectura contemporánea no es fácil por la falta de perspectiva temporal. En cualquier caso, los directores de la revista tienen claro que su aportación es de “una extraordinaria calidad, cuya impronta en la conciencia colectiva de la disciplina arquitectónica es ya imborrable”. “Más allá de su amplia maestría como arquitecto, nos queda su extraordinaria persona. Su sabia querencia por su mundo cercano, sus certeras palabras cuando, ya enfermo, cansado e inagotable a la vez, nos recordaba a todos que siempre hay que dar a los demás lo mejor que tengamos”, señalan.




Con textos de los especialistas Juan Calatrava, Ricardo Hernández y José Miguel Gómez Acosta e imágenes del fotógrafo Antonio Luis Martínez Cano, la revista se cierra con una selección de textos e imágenes del propio Jiménez Torrecillas en los que se ponen de manifiesto muchos de sus puntos de vista sobre la labor del arquitecto. 


La oportunidad de crecer
Aparte de la implicación emocional, este trabajo ha supuesto una gran oportunidad de crecer para ‘Márgenes Arquitectura’. “Podríamos decir que con este número comenzamos nuestra siguiente etapa, con diferente diseño, maquetación y estructura, acompañada de la actividad de nuestra web, renovada por Cristina López”, apuntan José Miguel Acosta y Daniel López.


128 páginas en lugar de las ochenta anteriores (104 de ellas a todo color), con todos los planos, imágenes y textos necesarios para comprender las obras seleccionadas corroboran la idea general de esta nueva era, que no es otra que “esencializar la imagen que ‘Márgenes’ ha ido creando y puliendo desde sus comienzos”, concluyen.



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