Antonia Camacho: “No sabes la de veces que me han mandado a fregar platos en mi trabajo”

Comenzó a trabajar como taxista en el año 1987 y, desde entonces, continúa transportando clientes

Antonia Camacho junto al que ha sido su ‘compañero de aventuras’ durante 30 años.
Antonia Camacho junto al que ha sido su ‘compañero de aventuras’ durante 30 años.
Isabel M. Usero
20:16 • 21 ago. 2016

Al principio  tenía miedo de sacarse el carnet. Ahora, tras recibir el día de su 65 cumpleaños un premio por ser la mujer española con mayor continuidad como taxista, sigue siendo la misma chica ‘todoterreno’ de hace 30 años.




¿Cómo se te ocurrió convertirte en taxista ?
Resulta que, cuando me casé, con 19 años, me fui a vivir a Alemania, donde estuve 6 años. Cuando llegué, fue como descubrir un mundo nuevo. Veías a las mujeres trabajando de todo... eran maquinistas de trenes, conductoras de autobuses, incluso  en una ocasión le dije a mi marido alucinada:“mira, una mujer taxista”... y fíjate ahora. Cuando volví a España, empecé a trabajar en hoteles como limpiadora... pero aquello no era lo mío. Así que, al final, con el apoyo de mi ex marido, que también es taxista, decidí sacarme el carnet y comenzar a trabajar en la profesión.




Obtuviste uno de los premios anuales por parte de La Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos-ATA ¿Qué ha significado este premio para ti?
Es algo de lo que estoy muy orgullosa. Al principio no me lo podía creer… no me esperaba que al final de mi carrera profesional tuviese este homenaje. La verdad es que estoy todavía como flotando. Además, hay que reconocer que a las mujeres nos cuesta muchísimo más que a los hombres demostrar nuestra valía. No te cuento la de veces que me han mandado a fregar platos en mi trabajo... 




Eres la mujer que más años lleva de toda España  conduciendo un taxi. ¿Va a haber Antonia ‘al volante’ para rato, o ya te estás planteando la jubilación?
Pues me jubilo este mimo  año. Termino el día 31 de diciembre, aunque espero hacerlo antes, cuando nazca mi nieto .




¿Lo consideras un trabajo sacrificado?
Para mí no ha sido un trabajo ‘perro’, para nada, pero sí que lo considero duro. Hay momentos tensos, nunca sabes a quién llevas, a quién traes…pero, por otro lado, también aprendes mucho y conoces a muchísima gente. He conocido hasta a artistas.




¿Sí? ¿Como quién?
Una vez llevé  a Joaquín Sabina, que me regaló dos entradas para su concierto.También he llevado a Serrat, que es encantador. El que no me gustó tanto fue Julio Iglesias… el iba en una limusina enorme y tenían problemas para llegar a Roquetas. Me acerqué a ayudarles y mira… qué feo. Parecía una momia… ni siquiera gesticulaba. He llevado incluso a Barrionuevo en varias ocasiones y a David Bustamante.




¿Y cómo son ellos?
Barrionuevo muy agradable y Bustamante también, parecía un niño. Cuando iba con David, yo llevaba una emisora que  a él no le gustaba, y estuvimos hablando sobre ese tema todo el trayecto.




...¿y al final cambiaste de emisora?
En absoluto. Si yo le hiciera caso a todo el que se me sube en el coche, la llevaba clara...


Empezaste en la profesión en los 80 y, encima, fuiste la primera mujer en Almería. ¿Fue muy difícil comenzar en una época en que ser taxista parecía estar destinado únicamente a los hombres?
Sí, fue bastante difícil. No te creas que era ningún caminito de rosas… Lo bueno es que tengo un carácter muy fuerte. Llegó un momento en el que no le di más oportunidades a las personas que no se lo merecían y me centré en que yo iba a trabajar como los demás, y punto.


¿Fue, sobre todo, por parte de los compañeros?
Claro,.. aunque también por parte de los clientes.Me acuerdo que una vez llamó solicitando un taxi un matrimonio mayor y, cuando llegué al destino, el señor empezó a mover el dedo hacia los lados y me dijo “no, no, zapatero a tus zapatos”. Y encima me pidió que le llamara a un taxi. Y yo, muy educada, le señalé dónde tenía una cabina para que lo hiciera él mismo.


Y encima quería que lo llamases tú...
Lo bueno es que, como Almería es tan chica, coincidí con él de nuevo en Puerta de Purchena un día que estaba lloviendo y, cuando fue a subirse, me dirigí a él y le dije “eh, no, no, zapatero a tus zapatos”.


¿Y cómo ha avanzado este tema con el paso de los años dentro del gremio?
Yo con mis compañeros ahora me llevo genial. Esto ha cambiado totalmente con el paso del tiempo... creo que les vino ‘gordo’ que una mujer comenzase a trabajar en la profesión. Era como, “van a descubrir lo poco que hacemos nosotros”. Te veían como una intrusa en su territorio.


¿Y, en la sociedad actual, continúa habiendo machismo?
Sí, lo que pasa es que ahora la gente se contiene más, ya no es como antes. Pero no te creas que es solo cosa de hombres, las mujeres también lo son. Día sí, día no, y el del medio también, me preguntan que si no me da miedo ser taxista.


Y volviendo a tu jubilación… cuáles son tus planes una vez que aparques para siempre el taxi?
Tengo muchas ganas de dedicarme a mí, que no lo he hecho desde hace muchísimos años. A mí, a mis dos nietos y a disfrutar… y siempre que pueda escaparme e irme de viaje, lo haré, claro.


¿Y vas a ir en coche?
No, eso sí que te puedo asegurar que no… ya no me apetece estar de carretera en  carretera.



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