El Cabo de Gata amenazado por la saturación y su propio éxito

El atractivo de Parque Natural atrae a más de un millón de turistas cada año y crecen problemas como el del aparcamiento

Calas perdidas y, aún así, saturadas.
Calas perdidas y, aún así, saturadas.
Antonio Fernández
12:20 • 28 ago. 2016

Quizá pueda parecer exagerado, pero lo cierto es que el Cabo de Gata ‘muere de éxito’, y lo hace porque el crecimiento de visitantes está resultando imparable, y más desde que personalidades como los Reyes de España, David Bisbal, Marc Márquez y tantos otros lo eligen como destino para disfrutar.




El problema surge cuando un espacio natural tan emblemático quiere ser visitado y disfrutado por cientos de miles de personas que, ante la inexistencia de transporte público adecuado, llegan en coches particulares y ocupan todos los espacios en una zona con bajo nivel de equipamiento.




Aparcar en los puntos de mayor interés es una quimera, casos de la Playa de Los Muertos o de Genoveses y Mónsul; las caravanas se agolpan en las playas, los servicios de limpieza no dan abasto ante la escasa concienciación de numerosos visitantes, entre otros conflictos. Como señala el presidente de los empresarios del parque, Fernando Alonso “no podemos permitir que los que vienen huyendo del estrés y los atascos se metan en otro atasco”.




La cabida
Hermelindo Castro, presidente de la Junta Rectora del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, afirma que el problema radica en que el parque, como cualquier otro lugar, “tiene una cabida, una capacidad de absorber carga, determinada, y el éxito del destino turístico está haciendo que se vea desbordada”. Considera que no se puede caer en la trampa de hacer cada vez más aparcamientos “que acabarán estando vacíos durante la mayor parte del año”, y afirma que quizá la fórmula adecuada sea la de establecer un control de aparcamiento, al estilo Genoveses, en los lugares de mayor demanda turística, “además de establecer servicios públicos de transporte para facilitar el acceso a las playas”.




Salvaguarda
José Rivera, presidente del Grupo Ecologista Mediterráneo, tiene claro igualmente que es preciso un mayor control de accesos y medidas para salvaguardar el Cabo de Gata tanto de la saturación como de la tentación de llenarlo de construcciones “porque indiscutiblemente esa virginidad y el ser uno de los muy escasos enclaves del Mediterráneo donde aún se pueden disfrutar espacios abiertos y playas vírgenes es lo que lo convierte en un poderoso imán para miles de visitantes que están buscando precisamente eso”.




En lo que prácticamente todos los actores de este espacio están de acuerdo es en la necesidad de buscar formulas para que ese atractivo pueda revertir en beneficio de la zona, tanto de los habitantes como de las empresas que se han ido instalando allí. Se ha llegado a hablar de la posibilidad de cobrar por acceder, aunque ese es un paso delicado que “sólo podríamos estudiar en caso de que la situación se agrave y se nos pueda ir de las manos”, señala Hermelindo Castro.




Rivera, del GEM, advierte no obstante que “todos deberíamos ser conscientes de la poderosa atracción que tiene el Cabo de Gata, beneficiosa para toda Almería, y todos deberían por tanto ayudar”.





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