Pobre espectáculo futbolístico

Claros y oscuros en el encuentro que el sábado disputó el Almería ante sus seguidores.
Como nota positiva del partido aparece el buen trabajo defensivo que realizó el conjunto almeriense.
Como notas negativas la falta de remate y la ausencia total de espectáculo. fue un partido desde el punto de vista del buen fútbol, de los que no se van a recordar especialmente, sino todo lo contrario.

La falta de brillantez en el juego local se traduce en un ambiente de decepción en la grada porque los aficionados se dan cita para ver jugar bien a su equipo y ganar. Ni una cosa ni otra. Para acabar con la sangría de goles que viene padeciendo el equipo Soriano optó, prácticamente, con jugar con tres medios centros, dejando en el banquillo a Pozo y sacando a Diamanka con la clara misión de no permitir que Seoane armara el juego de los suyos. Cumplió el senegalés con lo que se le pidió y se asomó, cuando pudo, al área rival. Además la presencia de Azeez y Joaquín en la sala de máquinas permitió una serie de recuperaciones que generaron las mejores opciones ofensivas de los almerienses.

El detalle
uando les tocó a los de Soriano salir con el balón desde su cueva, entonces tuvo demasiados problemas, y se vio obligado al juego directo buscando la testa de Quique que una y otra vez cabeceo hacia una zona en la que nunca había un amigo. Fueron demasiadas acciones en las que se regaló el balón al contrario, quizás porque para este tipo de juego directo el jugador idóneo no sea Quique González, sino Juanjo, como se demostró en el encuentro anterior frente al UCAM Murcia, correspondiente a la sexta jornada en el Campeonato Nacional de Liga.