Del material de los sueños

Jesús Baca
23:45 • 14 nov. 2016

Si hay una provincia española históricamente relacionada con la cultura cinematográfica es Almería. La afición y afección por el cine ha sido santo y seña de varias generaciones que han encontrado en la experiencia fílmica su forma de ocio más preciada. A pesar de que la profusión de rodajes en la segunda mitad del S. XX no originó una infraestructura permanente que pudiese consolidar un desarrollo sostenido de la industria o la implantación de estudios universitarios relacionados con lo audiovisual, no es menos cierto que el interés por el mundo de la imagen se ha transmitido de generación en generación y ha permitido mantener una cierta oferta de contenidos a través de algunos medios públicos y desde algunas iniciativas privadas (festivales, jornadas de cine, cineclubs), siempre con una considerable repercusión social. Esta tradición es la mejor referencia con la que podemos contar en un contexto altamente propicio que, sin embargo, no ha tenido un correspondiente desarrollo de iniciativas que den continuidad a la actividad audiovisual. No se ha sabido rentabilizar desde el punto de vista económico, cultural o patrimonial todas las posibilidades que nos ha ofrecido la industria cinematográfica. 
La elección de escenarios almerienses para grandes superproducciones genera un impacto positivo en el conocimiento de la provincia entre las empresas internacionales del sector. Fomenta un efecto llamada y abre nuevas posibilidades. No hay mejor escaparate y publicidad en el ámbito audiovisual que los propios proyectos ya realizados. Por otro lado, la provincia es escenario continuo -un dato a menudo desconocido- de numerosos proyectos audiovisuales (spots, series de televisión, vídeo-clips), quizás de menor trascendencia mediática pero de mayor continuidad productiva, a los que ha de prestarse atención por su capacidad para generar un tipo de industria más estable. 
Hemos de plantearnos si esta coyuntura propicia puede ser rentabilizada de forma más eficiente que en ocasiones anteriores. Parece necesario, en primer lugar, coordinar a las distintas administraciones para fomentar la marca Almería de cine, con campañas publicitarias e informativas que promocionen la relevante actividad audiovisual en la provincia. Se trata de poner en valor los beneficios de una tradición que ha contado con un alto grado de reconocimiento internacional pero que no ha tenido un desarrollo adecuado de su potencial turístico y económico en nuestra región. Asimismo, sería adecuada una promoción de la provincia con campañas específicas sobre la riqueza natural de su geografía. Almería cuenta con paisajes muy variados que pueden servir para cubrir localizaciones de todo tipo. Este es un aspecto a veces desconocido para las empresas de producción audiovisual, cuyos rodajes suelen desarrollarse en zonas costeras o desérticas. Sin embargo, la geografía almeriense es altamente rica y compleja, desde espacios desérticos y grandes extensiones de costa hasta zonas en altitud de abundante vegetación, con paisajes muy variados y singulares. Sería conveniente fomentar estos otros espacios y ampliar las posibilidades de localizaciones que, quizás por desconocimiento, no son tenidas en cuenta. Se podrían fijar, asimismo, incentivos fiscales para atraer las producciones a nuestra geografía. Ya sucede en otras regiones, en las que se han regulado deducciones en función de la inversión de estas productoras audiovisuales en la zona, lo que se denomina cash back, o devolución de una parte de lo invertido por la productora, lo que puede incentivar la continuidad de la industria y la llegada de nuevos proyectos.
La puesta en valor de la tradición audiovisual en nuestra provincia ha de ser variada y debe alentar diferentes sectores económicos. La posibilidad de establecer rutas turísticas, que relacionen, de forma lúdica los espacios de la provincia con rodajes conocidos, podría ser un aliciente más para los visitantes. Ampliar los puntos de información y hacerlos interactivos mediante aplicaciones en dispositivos que transmitan datos e imágenes de los films que se rodaron en una determinada localización. Establecer convenios con las productoras que pidan permisos de rodaje en la provincia, de modo que cedan a las instituciones algún tipo de material referencial (decorados, atrezzo, etc.) como memoria de la actividad y pervivencia de la tradición fílmica en nuestra provincia. Este material podría ir integrándose en un espacio específico como es el entorno de la Casa del Cine de Almería. La puesta en marcha de estas iniciativas, es necesario insistir, habría de coordinarse entre las distintas administraciones e instituciones.
No debemos dejar pasar, de nuevo, una oportunidad de desarrollo empresarial y turístico que puede generar una cierta bolsa de empleo estable y continuada y que anima la creación de empresas auxiliares. Empresas que pueden cubrir necesidades de medios y personal técnico en el lugar del rodaje, ahorrando costes y facilitando el buen fin de las filmaciones, algo muy valorado por las productoras que se tienen que desplazar desde largas distancias para llevar a cabo sus proyectos. Asimismo, una formación adecuada en medios audiovisuales puede dar respuesta a buena parte de estas necesidades. Haría posible cubrir peticiones de técnicos especializados que cubran los trabajos en algunas de las fases de la creación audiovisual. 
Si no se actúa mediante iniciativas que den continuidad a la industria y a la formación audiovisual, con proyectos viables y ambiciosos, si no se exige a las distintas administraciones un apoyo explícito al fomento de las producciones en Almería y al desarrollo de todo su potencial económico y cultural, puede que el ave dorada se convierta en plomo, como les sucedió a aquellos ávidos personajes de El halcón Maltés, y permanezcamos para siempre, una vez más, en aras de una quimera, de una ensoñación nunca hecha realidad.







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