Primeras pitas arrancadas en la zona de El Alquián

‘Salvemos las Pitas’ denuncia esta acción y reitera su oposición al proyecto Life Conhabit

La Voz
12:06 • 03 dic. 2016

Esta semana los terrenos naturales situados entre Retamar y El Alquián se han convertido en el escenario de una de las fases del proyecto Life Conhabit, consistente en la limpieza y extracción de las pitas. Motivo por el que la plataforma Salvemos las Pitas de Almería remitía un comunicado en el que informaba del comienzo de esta actuación y su descontento.




En este sentido, exponen que estos campos fueron plantados entre 1956-58 y reconocen que algo así “no se haría en la actualidad debido a factores ecológicos”; pero en esa época Almería “era tierra de emigración y no había recursos”. Además, la gran explotación de fibras esperada no pudo salir adelante por el escaso crecimiento de las pitacas, “de poco carácter invasor”, y la aparición algo más tarde del nylon y demás fibras sintéticas.




Hábitat compartido
En los campos donde se encuentran las pitas, la Plataforma constata que crecen arto blanco (ziziphus o azufaifo) y arto negro (maytenus), especies de gran valor a proteger. Flora que, tras ser arrancada, “se comprueba como volvieron a su lugar y como las pitas no lo impidieron; no son tan agresivas”, recalcan.




“El perímetro de las plantaciones está intacto”, aseguran en su comunicado, siendo éste el mismo que cuando se plantaron a finales de los años cincuenta. Razón por la que, al hablar de pitas invasoras en arenales en el campo, “vuelve a comprobarse que esa afirmación no es del todo cierta” pues artos y pitas “comparten espacio y conviven sin problema”.




Y es que, según varios estudios mexicanos, los agaves (pitas) son de las especies vegetales que más CO2 fijan de la atmósfera y, además, sus raíces sólo profundizan 30 centímetros en el suelo, de modo que “no compiten por el agua”.




Trato injusto
Desde Salvemos las Pitas se preguntan el motivo de esta persecución contra las pitas. Un trato injusto que, suponen, vendría de “un concepto conservacionista llevado al extremo”, cercano al integrismo, donde “lo de fuera es malo por naturaleza”. Una corriente de pensamiento, comentan, que a partir de los años 90 se ha extendido a nivel mundial  entre los biólogos.




A raíz de ésto, también surgen teorías relativas a la culpabilidad de las pitas sobre la pérdida del hábitat de las aves esteparias. Hecho que atribuyen, entre otras cosas, a los “cientos y miles de hectáreas de invernaderos -de grandes empresas- que están ocupando su espacio o la presión urbanística”.




Por ello, el declive de azufaifos “no tiene nada que ver con las pitacas”, aseguran. Algo que desde la Plataforma atribuyen, sobre todo, a la sobreexplotación de acuíferos “causante de que en algunas zonas puedan tener algún problema por la intrusión marina”.


“Los gestores quieren proteger los artos y la flora acompañante y es notorio que su actuación puede conllevar más riesgos que beneficios”, recalcan con insistencia. Razón por la que consideran que “no se debe permitir” un experimento a cuenta de quitar las pitas. Además, afirman, “muchos técnicos de la Administración medioambiental están en contra” aunque no alzan su voz ante su Delegado provincial “por temor a represalias”.


Así, aducen, la labor del proyecto europeo Life Conhabit no es otra cosa que “un experimento para ver qué pasa con los artos si arrancan las pitas”.


**Vídeo publicado por Acción por Almería y cedido por Salvemos las Pitas de Almería.



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