El amor lo lleva a abrir un reducto de Galicia en Almería

Iván Izard Ballesteros vino de visita a Almería pero se enamoró (doblemente), y así decidió crear un pequeño reducto de su Galicia natal en el coraz&oacut

Iván Izard Ballesteros posando.
Iván Izard Ballesteros posando.
Antonio Fernández
01:00 • 08 ene. 2017

¿Qué hace un gallego de Vigo en Almería?
Pues un día me picó la curiosidad porque yo de Almería conocía el desierto y los invernaderos, pero me dije que tenía que haber algo más y me vine a conocerla.




¿Tan sencillo como eso?
Quería conocer el litoral, porque yo vengo de una familia que cultiva marisco en Galicia y me llegaban comentarios sobre la calidad de los frutos de este mar.
Entonces descubrí una tierra maravillosa, una costa como la del Cabo de Gata y unos pescados y mariscos excelentes. Así que empecé a trabajar en el Hostal Hernández en la Isleta del Moro y así comenzó una aventura que me ha anclado a Almería.




Una decisión arriesgada, dada su experiencia en la gastronomía...
Bueno, hay que decir también que aquí sufrí un doble enamoramiento: por una parte conocí a una chica de La Isleta que me enamoró por completo. Y además experimenté un segundo enamoramiento, el de una tierra rica y muy acogedora, abierta a las nuevas experiencias.




¿Cómo fueron sus inicios en la provincia?
Empecé con un local pequeño y tranquilo en Retamar y luego di el salto a la capital con ‘El Galleguiño’ el local que he abierto en la Plaza Gaudí y donde estoy ahora.




¿La gente ha acogido bien la cocina gallega?
Esa es una de las cosas más gratificantes que me han pasado, la acogida de esta hermosa tierra y de sus gentes. Tres veces en semana recibo de Galicia pescado, marisco y carnes, siempre de primera calidad, pero me apoyo mucho en los productos almerienses, que hay muchos y de muy alto nivel




¿Cómo definiría su cocina?
Creo que es sobre todo una cocina con fuertes raíces en los productos tradicionales, que confía en la calidad que nos ofrecen los alimentos españoles y por eso huyo con frecuencia de las artificialidades, salvo para potenciar esos sabores que son en sí mismos, inimitables, puros.




¿Podría considerarse como cocina de autor?
Sólo puedo decir que mi trabajo es mi pasión. Voy cada día a buscar el pescado y el marisco a la lonja, disfruto con ello. Busco el mejor producto y huyo de las grandes distribuidoras porque me gusta mucho lo local, lo auténtico.
Pero nada me emociona más que abrir cada día mi restaurante y cocinar cada plato; ése es mi mayor placer; y tengo el lujo de un gran equipo.





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