Un espacio para trabajar y compartir

A pocos pasos de la Catedral y el Ayuntamiento, está Workspace Coworking: un centro para las sinergias y el intercambio

Luis Roca, fundador del Space Coworking, en la plaza de la Administración Vieja.
Luis Roca, fundador del Space Coworking, en la plaza de la Administración Vieja.
Guillermo Fuertes
18:58 • 09 ene. 2017


“Lo que hemos querido crear aquí, sobre todo, es un sitio cómodo para trabajar”, dice Luis Roca y abre los brazos como abarcando todas las salas del Workspace Coworking. “Que tú vengas solo a trabajar y te olvides de todo lo demás. Tiene mucha luz natural, conexión a internet y wifi, salas de reuniones reservadas en nuestra web, servicio de impresión, cocina, limpieza diaria, el mobiliario es cómodo...”.

Por las amplias ventanas entra la luz a raudales, y en las mesas y estancias hay gente ensimismada en sus ordenadores y teléfonos móviles. Todo es claro y funcional, tranquilo. Pero también serio. Aquí se trabaja. No se pierde el tiempo ni se lo hace perder a los demás. Incluso las conversaciones junto a la máquina de café son uno de los principales valores de este espacio. “En un coworking todo suma”, sonríe Luis.




Madrid-Almería
Luis Roca de la Cruz es de Madrid, del 75. Es diseñador especializado en diseño 3D, y empezó trabajando en productoras de cine, allá por los años 90. Conoció Almería por otra gran afición, el buceo. Cada vez que podía bajaba con un grupo de amigos, y así fue cómo, cuando se quemó con el muy intenso ritmo de trabajo que se le imponía y decidió dar un cambio a su vida, escogió esta tierra para escapar y comenzar de nuevo.

Llegó en el 2004 y montó su empresa de diseño, Bukart. También trabajó con otros estudios, estuvo en el vivero de empresas de la Cámara de Comercio... Le iba bien, pero en un momento determinado tuvo que volver a Madrid, por asuntos familiares. “Y llegué a una ciudad de la que llevaba diez años fuera”, recuerda. “No tenía contactos, ni clientes... Así fue como me enteré de los espacios de coworking y entré en uno”.

“De ahí tomé la idea, realmente yo no he inventado nada”, explica. “Es algo muy extendido; en muchos países se trabaja de esta forma. Hay registrados unos seis mil coworking en todo el mundo, y 500 están en España. Somos la segunda potencia mundial, no sé si será por la crisis...”. Pero Luis no era feliz en Madrid, así que un día decidió cerrar ya todo allí y regresar. “Por eso monté aquí el coworking”, dice. “Había visto el sitio, busqué un socio, José Valera, que es arquitecto, y en febrero de 2015 inauguramos”.




Sin despachos
El lugar escogido fue el número 1 de la plaza de la Administración Vieja, en pleno corazón de la capital. A pocos pasos de la catedral y el ayuntamiento. Lo reformaron todo con las ideas muy claras: “salas diáfanas, espacios comunes para reuniones y formación, la zona de cocina, el hall...”, explica Luis. “Nada de despachos, en ellos te encierras y aíslas.




Tal vez nos cueste mas que la gente acepte el concepto, pero estoy seguro de que será positivo”.
Para entrar al Workspace Coworking hay dos modalidades fundamentales, y con diferentes precios: el puesto flexible y el puesto fijo. “En el fijo tienes tu mesa, y puedes personalizarla, dejar tu ordenador, tu  material de trabajo. Y el flexible es en la sala central, y además tienes tu taquilla”.

También tienen modalidades de una semana, un día, incluso medio día. “Hemos sacado unos bonos por días, y un apartado para los ‘nómadas digitales’, gente que viaja con su ordenador y necesita un lugar para sentarse y trabajar tranquilos un rato”. “Creamos el espacio, en definitiva, para que la gente trabaje, se conozca, interactúe”, dice Luis. “¡Yo mismo soy un currante mas aquí..!”.








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