Otra siesta y la misma pesadilla del Almería

Horrible primera parte en Reus

Carlos Miralles
19:28 • 15 ene. 2017

La historia no cambia: una siesta con la misma pesadilla. El Almería se queda sin capacidad de reacción y lo más grave, se vio superado en todos los ámbitos por el Reus. Más intensidad, ganas, actitud, fútbol... Nada se puede rescatar de la décima derrota en veintiún jornadas. Era un partido en el que los jugadores querían y debían demostrar que apoyaban el trabajo de su entrenador, Fernando Soriano, cuestionado después de caer hace una semana frente al Getafe. De la primera parte en Reus sorprende la poca garra de un equipo que se estaba jugando la vida. No hubo ningún disparo entre los tres palos ni acercamientos a la meta de Édgar Badía. El único fútbol que buscaban los rojiblancos era el balón largo a Juanjo.




Misma cara
En el minuto 31 llegó lo esperado: gol del Reus en una acción en la que los locales ‘cazaron’ todos los rechaces de la zaga almeriense. Cuestión de colocación, chispa y concentración; todo eso lo puso el once local y no el de Soriano. Ángel centró desde la izquierda sin ninguna oposición para que Máyor cabeceara a gol con facilidad.
No fue el balón parado de todas las semanas, sino la anticipación del delantero rival el que decantó la balanza. Este Almería tiene muchos problemas, y es que por arriba no suele dar con la tecla.




Cuando quiso reaccionar el Almería, ya avanzada la segunda mitad y gracias al empuje más que por fútbol, Quique pudo marcar el 1-1 en el primer y único error de la defensa del Reus, una de las más sólidas de la competición. En el mano a mano perdonó el Pichichi rojiblanco.




El Almería ya no se muestra tan imprevisible como antes, y es que se ha metido en una dinámica de la que va a costar salir: tres derrotas consecutivas que hacen temblar al banquillo. Ya no basta con la autocrítica en el vestuario, sino demostrar en el campo que están por el escudo y con el entrenador. El camino se avecina tortuoso, escarpado, igual que la temporada anterior. El Reus salió a comerse la pelota y el Almería a defenderse, precisamente donde más sufre.




Diez jornadas de 21 disputadas es un balance muy pobre, con un final de la primera vuelta que se cierra con 21 puntos, y que obliga a realizar una segunda prácticamente de manual.
Los futbolistas no respondieron como se esperaba, ni por la situación ni por Soriano. Parecía que el Reus se jugaba la vida y el Almería no se encontraba a sí mismo. Todas las esperanzas se depositan en el mercado de invierno y en un arrebato de orgullo de la plantilla, porque así este Almería no va a ninguna parte.







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