UDA, un juguete roto

En manos de un mediocre Reus

Fidel en el Reus-Almería.
Fidel en el Reus-Almería.
Miguel del Pino
20:56 • 16 ene. 2017

Por desgracia para la familia rojiblanca su equipo ha vuelto a escribir otra página negra de una novela cargada de ellas en las tres últimas campañas. No se puede hacer peor de lo que el pasado domingo lo hizo el almería en el Municipal de Reus.




Inseguro en defensa, perdido en el centro del campo, sin tener el balón y no habiendo sido capaz de disparar ni una sola vez con relativo peligro sobre la meta rival. No se puede decir que el Almería no tirara a puerta en todo el partido, porque lo hizo en una oportunidad cuando Quique se encontró con un balón tan propicio para el gol como las bolas del billar de Felipe II, pero que el goleador rojiblanco, contagiado por el mal general que aqueja al equipo, regaló a Cifuentes enviándole la pelota con extrema suavidad y a las manos. No hubo más en ataque. 




El invento con el que el técnico maño del Almería sorprendió a propios y extraños estaba condenado al fracaso y lo hizo con estrépito.
Sacar del eje de la defensa a Morcillo, su más firme puntal, para poner en su lugar a Trujillo; prescindir de Diamanka o Azeez, que ni siquiera fue citado, era renunciar a tener el balón y a jugar la pelota con criterio.
Si a esto unimos que Fidel fue un alma en pena en los 45 minutos que estuvo en el campo y que Antonio Puertas parece estar en el limbo de un tiempo a esta parte, estamos en disposición de entender porque el Almería ni tuvo el esférico ni fue capaz de generar oportunidades.




El once rojiblanco de Fernando Soriano, que encima jugó de amarillo, fue un juguete roto en manos de un Reus que ganó con justicia en el último partido de la primera vuelta de la Liga.







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