¡Vale ya!

Castro y Horrach han sufrido un ataque de cuernos: la sentencia ha revelado lo calamitoso de la instrucción de aquél y de la acusación de éste. Como la senten

Fausto Romero-Miura Giménez
01:00 • 26 feb. 2017

Aún no he leído la sentencia del “Caso Noos”. Necesito leer en papel y doblar, subrayar, anotar, concordar... Tal vez, como decía Gil de Viedma, ya no sea el mío este tiempo.
No puedo, pues, valorar la congruencia del fallo pero sí he padecido, como ciudadano, sus secuelas, en forma de impúdicos ataques de cuernos del juez instructor y del fiscal –los dos, achicharrados- porque la sentencia evidenciado lo calamitoso de la instrucción de aquél y de la acusación de éste. 
En el proceso penal español el juez de instrucción se limita a instruir, es decir, a investigar; cuando cree que tiene completo el puzzle, se lo traslada a las acusaciones y defensas; y recibidos los escritos de acusación y de defensa, pasa el juicio  –como el cocinero la comida al camarero- al Tribunal que ha de juzgarlo, es decir, absolver o condenar. La función del instructor, como la del cocinero, acaba cuando el plato sale de la cocina.
Y, en este juicio, a resultas de la instrucción de Castro, el Fiscal acusó a 16 personas para las que solicitó en conjunto 107 años de prisión. La Audiencia ha absuelto a 11 de los acusados (¿quién y cómo repara el daño a su imagen y patrimonio?) y rebajado el conjunto de las penas a 19 años.
Y ahí debería de haberse acabado, a salvo el derecho de los condenados y del fiscal –no del juez instructor, que nada pinta- de recurrir en casación. Pero no ha sido así, para escarnio de la Justicia y, supongo, escándalo de la ciudadanía: los dos han entrado de manera soez en un terreno que les está vedado. 
No puede un fiscal decir que el instructor “construyó un andamiaje sobre sospechas y conjeturas de gran calado y aplauso mediático que nutren los medios de comunicación [y] mareas mediáticas predominantes.” 
Como es inadmisible que el Juez instructor haya dicho que “la sentencia deja un montón de incógnitas... da por bueno que la Infanta Cristina era una mujer florero... Yo con eso no estoy de acuerdo. Cuando la interrogué me contestó mil veces con evasivas y así es muy difícil que me pudiera convencer.” 
Y, aparte de que no es a él sino al Tribunal sentenciador al que toca valorar la prueba, en el colmo del cinismo afirma que no la había leído. 
Con jueces así, Dios nos coja confesados. 
Porque José Castro es un juez estrafalario, invitado por Podemos a ir en sus listas, un juez antisistema, juez estrella a la vejez. Tanto le gustó el estrellato que hizo una instrucción casi televisada en directo –no se recataba en opinar, en juzgar  más que instruir- incluidos los gintonics en una terraza con la Abogada del tenebroso sindicato “Manos Limpias”, ahora investigada como partícipe en los presuntos delitos de éste.
Ya en 1882 –antes de que Buffalo Bill matara a Mano Amarilla en la batalla de Indian Creck- cuando no había radio, televisión ni redes sociales, la Ley de Enjuiciamiento Criminal española, el más hermoso texto jurídico jamás escrito, advertía contra la presión de la opinión pública, el equivalente a la actual “pena de telediario”: “al compás que adelanta el sumario se va fabricando inadvertidamente una verdad de artificio... [y el procesado] entra en el palenque ya vencido o por lo menos desarmado.” 
Y una última y gravísima secuela: nadie ha respetado la presunción de inocencia: al no ser firme la sentencia, constitucionalmente los condenados son, todavía, tan inocentes como antes de ser Juzgados.  
Por ello, no me explico el interés del Fiscal en pedir el ingreso en prisión de Urdangarín y Torres –salvo que prestasen fianzas inversamente proporcionales a sus condenas- cuando nada dijo al pedir penas de 19’5 y 16’5 años, respectivamente. ¿No había, entonces, riesgo de fuga? Lógicamente, la Audiencia ha desestimado la inusual pretensión del desquiciado fiscal y mantenido la libertad hasta que se resuelvan los recursos.
Pero la semana judicial no se ha agotado en el “Caso Noos”: se ha publicado la sentencia de las “Tarjetas Black”, y Ciudadanos se ha destapado como un Robespierre adalid de la guillotina política. Su víctima, el Presidente de Murcia con su dimisión, por estar investigado. ¿Y el nuevo Alcalde de Granada? ¡Ahhh..., ese no!
Así, Ciudadanos se convierte en un Partido anticonstitucional, al nivel de Podemos, pues  no respeta la presunción de inocencia y pretende que un inocente pague como culpable.
Quedándonos en Almería: esta semana ha sido absuelto el ex Alcalde de Garrucha. ¿Tendría que haber dimitido, quién hubiese reparado el daño del cese? Rivera me recuerda la canción “Ese hombre” que cantaba Rocío Jurado: engreído, vanidoso, caprichoso…
Respetemos, todos, la Constitución que, los diputados, han jurado acatar y violan con sus empeños caprichosos y demagógicos.
¡Vale ya!


Por un tren adaptado


El miércoles participé, con otros muchos cientos de ciudadanos, políticos de todos los Partidos, Asociación de la Prensa y muchos colectivos sociales, en la concentración convocada por la Mesa del Ferrocarril. Esta vez, para exigir que haya trenes adaptados a personas con movilidad reducida.
La benemérita e indesmayable Mesa cree que hablando se entiende la gente. Yo, menos, cuando se trata de políticos. Habría que tensar la negociación: colapsar Madrid. Los políticos son cobardes, y mientras haya paz social…




Mujeres asesinadas


Una sola mujer asesinada es, ya, un drama inasumible, una perversión social. Este año, en mes y medio, son, ya 15. ¿Cómo es posible que un marido de 82 años asesine a su esposa de 79, y otro de 91 a su compañera de 91? 
Tengo claro que la sociedad deshumanizada que vivimos, sin calor humano ni diálogo, puede ser una de las causas: las redes sociales han hecho el prodigio aciago de acercar a los lejanos y de alejar a los cercanos. 
Hay que rehumanizar la vida. Es necesaria la pedagogía social, humana.




 


El martes, ¿fiesta?




Pasado mañana es fiesta oficial en el territorio andaluz, que celebra su “Día”. Dando por bueno que, conforme a ley, Andalucía sea la patria,  ello equivaldría a convertirla en la matria de las ocho provincias que legalmente la integran, por lo que deberían ser tratadas como hermanas. ¿Es así? No. ¿Tiene Almería los mismos servicios que Sevilla, podemos ejercer los mismos derechos los almerienses que el resto de quienes son andaluces…? No. ¿Qué motivos hay para que hoy celebremos fiesta en Almería?



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