Bombazo histórico

Siempre es grato ver como una columna habitualmente dedicada a la chanza y al chascarrillo político se ocupa de la divulgación histórica. Así lo hizo el asesor de comunicación del Ayuntamiento de Almería el pasado día 12 de marzo en una columna titulada Almerienses bombardeados y olvidados. En la misma se recordaba el bombardeo de la ciudad de Almería por la flota del cantón sublevado de Cartagena en julio de 1873 comparándolo con el bombardeo de la escuadra nazi de mayo de 1937 y lamentando que nadie de explicación alguna del “desprecio y olvido a los almerienses muertos por los cartageneros”. No valoraré la comparación entre ambos acontecimientos pero sí llama mi atención el “bombazo histórico”. Según lo conocido hasta ahora por la historiografía, el bombardeo de 1873 no produjo ninguna víctima mortal. Quizás Jose Fernández quiera sacarnos del error y pueda, en otra ocasión, iluminarnos sobre esas víctimas que él ha descubierto. La ciudad de Almería y la comunidad de historiadores y aficionados a la historia se lo agradecerán.
Entretanto, y dado su gran interés por los inocentes almerienses víctimas de bombardeos, podría aprovechar su posición tanto cerca del poder municipal como en los medios de comunicación para solicitar honores a aquellos que verdaderamente fallecieron hace ahora 80 años. Feo, muy feo, estaría solicitar galardones para víctimas imaginarias mientras que para los muertos reales únicamente reservamos guasa e ironía. Precisamente un representante de esa República a la que usted nos remontaba, Nicolás Salmerón, pronunció una frase que puede serle útil para la próxima vez que dedique su pluma a la divulgación histórica. Decía: “Es de rigurosa justicia emancipar la enseñanza de todo extraño poder, y convertirla en una función social, sin otra ley que la libre indagación y profesión de la verdad”.