¿El equipo está vivo?

Cuando pisó suelo almeriense el primer mensaje de Ramis fue “veo a un equipo vivo” y se ganó por igual al vestuario y a la afición. Todo parecía que iba a cambiar dominando al Levante en la segunda mitad porque de la primera mejor no hablamos.

Ramis dio con la tecla y ganó un partido básico en Tarragona porque decía que: “vienen 4 partidos fundamentales como Alcorcón, Nástic, Zaragoza y Córdoba”, nos hemos quedado a la mitad del camino. El efecto dura poco. La cabra tira al monte.

Pero volviendo a la tecla, para una vez que el equipo no sufre ante un directo rival y logra la victoria, a la siguiente salida va y experimenta con el once y deja a Uche en el banquillo y lo saca tarde.

Tengo claro que nadie como el entrenador sabe por qué juega Pepe o saca a Juan. Pero que muy claro. Como a veces no entiendo tanto cambio para volver a poner a cada uno en su lugar. Ni entenderé que el Almería juegue siempre en función del rival.

El Almería de Tarragona y el de casa ante Alcorcón y Zaragoza me ilusiona, pero el de Córdoba ya lo conocemos de sobra. Ese Almería nos tiene en el fango.

Pido a Dios que ilumine a Ramis en cada alineación y le ponga una flor en el culo del tamaño de un girasol porque la vamos a necesitar.

Son tantas jornadas en el fango. Tantas en descenso, que el equipo está amanerado y hasta pregona lo que se estaba jugando el Córdoba como hubiésemos llegado como líderes al Nuevo Arcángel.

Dice Ramis que todo suma y “hay que sumar energía” cuando lo verdaderamente importante es sumar puntos.

Un equipo vivo es el Nástic con 40 puntos.

Un equipo vivo es el Rayo que va y gana en Murcia.

Un equipo vivo es el Córdoba que nos pasó por encima.

Un equipo vivo es aquel que no le regala nada al contrario y estamos hartos de salir al campo de ‘Conchita Piquer’.

“En intensidad y compromiso nadie nos va a ganar” que pregonaba Soriano.

Le recuerdo a Ramis que para morirse el único requisito es estar vivo.

Llevamos 4 meses en descenso y no es casualidad.

Este Almería sigue saliendo a los campos a verlas venir.