8 años de provechoso hermanamiento educativo entre Las Norias y Finlandia

Nada mejor para el crecimiento personal y abrir la mente que el intercambio de experiencias. Y si no que se lo digan a los alumnos y profesores del Instituto Francisco Montoya de Las Norias. Alumnos y profesores que pueden presumir de una sólida relación con la ciudad finlandesa de Loviisa, a 80 kilómetros de Helsinki, con la que mantienen una relación de intercambio y trabajo conjunto que cumple ya 8 años.

Y todo gracias a los programas de intercambio ‘Erasmus +’ promovidos a nivel europeo y al concienzudo trabajo de las comunidades educativas de ambos centros que funcionan ya como una única familia.

Así, no es de extrañar que el director del Instituto Francisco Montoya, Pedro Lozano, asegure que “los profesores cuando vienen aquí, vienen como si vinieran a su centro. Y nosotros cuando vamos allí pues igual. Hay relaciones de amistad bastante importante merced a estos intercambios”.

Y es que son muchos años realizando intercambios de dos tipos, unos de larga duración en los que los alumnos pasan tres meses con una familia en Finlandia y luego acogen durante otros tres meses al alumno finlandés con el que han compartido experiencia en Las Norias, y otros que son de una semana en los que grupos de entre seis u ocho alumnos, acompañados por uno o dos profesores, están una semana aquí o en Finlandia.

Amistades
A lo largo de todo este tiempo, han sido más de 60 los chicos y chicas que han participado en estos intercambios además de una treintena de profesores.

Y esto ha permitido que se establezcan lazos de amistad que trascienden lo educativo. “Se han generado unos lazos entre las familias tremendos. Hay casi una decena de familias finlandesas que vienen a pasar su verano a Las Norias ya que tienen un cariño por la zona tremendo. Es la experiencia de su vida”, apunta Lozano.

Evidentemente, lo que más llama la atención a los unos de los otros es el contraste climatológico. Pero entrando en cuestiones educativas, el director del Francisco Montoya considera que “la diferencia entre el sistema educativo, más que de metodología y de medios, está en el carácter de los finlandeses y en la calma que se respira en los centros”.

Eso sí, por otro lado, también explica que “a ellos les llama mucho la atención el carácter. Y luego valoran mucho también las relaciones personales entre los chicos y los profesores. Allí como que son un poco más fríos en este sentido”.

En cualquier caso, lo que está claro es que este intercambio de experiencias es enriquecedor para ambas partes. Y, además, permite fortalecer el conocimiento del inglés ya que las comunicaciones se realizan en este idioma que sirve de puente para unir los más de 4000 km que separan estas dos localidades al norte y al sur de Europa.