Juan Docio en estado puro, desde su corazón

El delegado del voleibol en Almería habla de la vida y de su gran pasión: el voley

Juan Docio posa para LA VOZ en una de las puertas del Palacio de los Juegos Mediterráneos.
Juan Docio posa para LA VOZ en una de las puertas del Palacio de los Juegos Mediterráneos.
Rafa Góngora
17:47 • 25 abr. 2017

Un caballero de los pies a la cabeza dentro y fuera de la pista. Se emociona mucho recordando aquella etapa que marcó su vida cuando Moisés Ruiz llegó a su corazón. Es feliz en la Delegación de Voleibol porque tiene un gran equipo detrás. Recuerda el día que llegó a Almería y hoy, 37 años después, dice que no se va ni echándolo. Dos horas a corazón abierto con Don Juan Docio hablando de voleibol y de la vida sirven para hacer un libro, y sería de los buenos. El voleibol en Almería está en muy buenas manos gracias a su labor en la Delegación. 




Si tuviera que presentarse a los lectores...
Juan Docio es un profesional que se ha dedicado a los ojos, a poner lentes de contacto, a graduar... y que desde su llegada a Almería se entusiasmó con el voleibol a través del Estudiantes y de Moisés Ruiz con el que tenía una gran amistad a nivel personal y de compañero. Moisés Ruiz era en aquella época entrenador del Estudiantes donde estaban las fuerzas vivas del voleibol a día de hoy, como ‘Kiko’, Francisco Sáez Murcia ‘Paco Pepe’, Lito, Cano... con estos señores se hizo un grupo que fue creciendo, se lo fue creyendo y llegó un gran sponsor y hablo de Unicaja, por entonces Cajalmería y ese gran sponsor creyó en nosotros y creó el Club Voleibol Unicaja Almería y ahí empezó todo.




¡Qué pronto ha aparecido el nombre del gran Moisés Ruiz!
Fue la única persona que en aquel momento de la historia del voleibol en Almería se preocupó por este deporte tan bonito. Aquel voleibol se jugaba en los colegios con unos monitores autoformados, pero él cambió la historia del voleibol en esta ciudad. Hoy, en cambio, la delegación tiene una dirección técnica y de formación porque hay que formar a los árbitros, por ejemplo, pero humanamente, físicamente porque están en una silla durante tres horas pitando un partido... esta formación hace que en Almería haya 40 árbitros y la Andaluza nos pide árbitros almerienses para pitar en otras provincias. El mérito de eso lo tiene mi equipo con la coordinadora de árbitros, dirección técnica... todas esas personas que hacen un gran trabajo en la delegación. También hay que reunirse con todos los entrenadores de los equipos porque con ellos hay que tener una gran relación.          
                 
Los secretos de un buen presidente en el mundo del voleibol son...
Hay que tener un buen equipo detrás de un buen presidente y que me perdone cualquier presidente que se dedica al mundo del deporte. Un presidente debe ser una persona que dirija institucionalmente el club, pero con un gran equipo detrás para hacer esa labor porque el presidente está para la medalla y yo, con suerte, tuve un gran equipo detrás. Tuve un gran equipo de jugadores humanos que lo dieron todo por el club y así ha llegado a lo que ha llegado el Club Voleibol Unicaja Almería.    




Y ahora delegado del voleibol en Almería...
Antonio Campos, que es un gran amigo, un gran profesional y un gran entendido en el mundo del voleibol, era el anterior delegado y ahora estoy yo como delegado del voleibol en Almería. Campos tuvo unos años impresionantes en la labor del voleibol.     




¿Cuál es la labor de la Delegación de voleibol?
El delegado provincial delega todos los clubes federados excepto los que dependan de la Federación Española. Tramitamos licencias, hacer reuniones con los presidentes de otros clubes para que sepan las normas a seguir y puedo presumir de que todos los equipos y sus presidentes colaboran con la Delegación de Voleibol. Tenemos, además, el poder de formación en todos los aspectos: profesional, personal... porque lo primero que hay que enseñarle al niño es qué es la derrota y cómo se vive en la derrota porque la derrota viene y cómo la asumimos; hay que asumirlas por los jugadores y por un mal planteamiento profesional, pero jamás por el árbitro en un partido.        




¿Qué papel le parece que juegan los padres en el mundo del deporte?
Han pasado de ser una fase pasiva a ser una fase activa y, además, predominante porque están en la grada, o a favor de su hijo o en contra del rival, y eso no puede ser ni tampoco se puede permitir porque el deporte está para formar humanamente. 




¿Sabría decirme hacia dónde va el mundo?
¡Buena pregunta! pero en principio entiendo que no tiene respuesta porque antes para modificar una regla en cualquier deporte había que esperar 10 años y ahora, en cambio, en 3 ó 4 años e imagínate a nivel científico.




¿Madrileño medio almeriense o ‘almeriense’ que nació en Madrid?
Nací en Madrid, profesionalmente me formé en Cataluña y formado humanamente en Almería. La primera vez que llegué aquí con mi mujer al aeropuerto de Almería en 1980 y mi mujer y yo nos mirábamos cuando íbamos en un taxi al hotel. El taxista nos dijo que Almería era la ciudad de los dos lloros: cuando se llega y cuando se sale. Hoy, ni mi mujer ni yo, no nos vamos ni echándonos.        


¿Qué es el voleibol?
Es un gran deporte, es apasionante y en el que se puede decir todo a través de la red. No hay contacto físico, como en el tenis por ejemplo. Hay saludo inicial y saludo final cuando se acaba el partido; eso es muy bonito e importante para los niños. 


Unicaja Almería es... 
La única entidad que, aquel tiempo, sirvió para poner al voleibol almeriense como el mejor voley español.  


Elija un jugador de voleibol que fue como un hijo.
Dos, por favor. Cosme Prenafeta y Manolo Berenguel. Fueron dos personas de equipo, dos personas muy especiales en mi etapa en el mundo del voleibol, dos grandes en todos los aspectos, y lo digo de corazón. 


¿Un entrenador?
También me siento en la obligación de nombrar a dos: Fernando Muñoz y Axel. 


¿Ramón Sedeño?
Yo no soy quien para definirle, pero lo que sí sé es que nosotros nos definimos por sí mismos. Por las noches me pregunto qué he hecho bien, qué he hecho mal... y luego, a la mañana siguiente, uno tiene la respuesta.


¿Qué le queda por hacer en la vida? 
Me gusta tanto el trabajo que quiero seguir trabajando en lo que sé. Ni puedo ni debo retirarme del trabajo porque el trabajo es lo que nos mantiene vivos.   


 



Temas relacionados

para ti

en destaque