Mariana Collado: "Para mí un día es una vida"

El pasado jueves la bailarina almeriense actuó en la capital junto a Carlos Chamorro con la obra `Vecinos`, un compendio de baile contemporáneo y dramaturgia conceptual.

Mariana lleva nueve años trabajando en una compañía de baile finlandesa.
Mariana lleva nueve años trabajando en una compañía de baile finlandesa.
Alberto Gutiérrez
19:00 • 29 abr. 2017

Llevas una carrera meteórica, como bailarina y coreógrafa. ¿Es difícil este mundo?
Es una carrera de fondo y no puedes cansarte, tienes que estar en búsqueda permanente, reciclarte. El que aguanta más es el que se queda. Pero luegotiene una recompensa brutal. Creas tu propio sello. Trabajo con una compañía finlandesa desde hace nueve años, al igual que Carlos Chamorro, con quien he hecho ‘Vecinos’ y que para mí es el mejor, es un genio. Viajamos mucho con la compañía, no solo en Escandinavia y aquí en España. Ahora nos vamos a México con otro espectáculo, ‘Kill Carmen’.




Estás muy vinculada a los países nórdicos...
Allí te sientes artista porque te tratan como tal. Pagan a los artistas como se tiene que pagar. Se apoya mucho mediante subvenciones, pues creen en la cultura.




Naciste en Alemania, pero te criaste en Almería. ¿Aquí tuviste oportunidades?
Hasta donde se podia sí las tuve. El  profesorado en el Conservatorio era muy bueno y también tenía una gran maestra, Isabelita, en una escuela privada. Estaba entregada al vacío de la danza. Y estuve en la academia de María del Mar Salmerón.




¿Quién ha sido tu referencia?
Era muy fan de Mario Maya y luego tuve la suerte de entrar en su escuela de Granada. La verdad es que mi vida ha sido un regalo. He tenido suerte, aunque nadie me ha regalado nada. He estado donde tenía que estar. Me enamoro de todo, de una imagen, de un libro, de una ciudad, de un buen plato de comida. Soy enamoradiza. Para mí un día es una vida, me encanta estrujarla. Ayer (por el jueves) hicimos una gran función en el Auditorio. Una de las mejores. Estábamos muy emocionados.




Eso te iba a decir. ¿Pesaba mucho el hecho de ser almeriense?
Sí, quizá, no lo sé. Tienes que generar una energía para que todo fluya. A mediodía fuimos a comer a la playa y nos bañamos. Cogimos toda la energía del Mediterráneo. Llevo en Almería desde el lunes, me he pateado la ciudad, me he movido para la difusión.




Fue un espectáculo muy bonito, con mezcla de flamenco, de tango... Habiendo una buena entrada pudo ser mejor...
No se ha dado una buena difusión. Se debería ayudar más a Delicatessen y a Gloria Zapata, que está haciendo una labor increíble. Para el artista es muy estresante bailar, organizar el vestuario, la producción y además tener que llenar los teatros. No es responsabilidad mía.




Empezaste muy joven, pero con las ideas claras.
Con veinte años me ofrecieron ser profesora y estuve un mes. Renuncié porque me di cuenta de que no era lo mío. Perdí el puesto. Mi padre se llevó las manos a la cabeza (risas). Siempre he sido muy rebelde y reivindicativa. Era la delegada en el Conservatorio y formaba unas... (risas).




¿Se puede ser profeta en la tierra de uno?
Sí. Yo lo voy a ser. No nos podemos llenar de rencor ni nada. Por medio de trabajo y perseverancia todo llega. Esa es la única verdad. Cuando me llega la oportunidad la aprovecho


¿Qué condiciones debe tener un artista?
La empatía hacia el público, pero sobre todo la verdad. No regirte por lo que está de moda o por lo comercial, aprender incluso del más infame artista. Y ser generoso con los demás y contigo.  Ofrecerlo todo al servicio del arte. Mucha gente baila bien, por eso debes tener tu propio sello. De pequeña me disfrazaba y ya era inquieta, bailaba mucho y no hablé hasta los cinco años. Tenía un idioma creado por mí, no me entendían en mi familia, quizá por haber vivido en Alemania y tener esa mezcla de idiomas (sonríe).



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