Todos queremos lo mismo: agua por favor

Marta Bosquet
01:00 • 22 jun. 2017

Puede que sea un tema recurrente hablar del agua, pero la realidad es que es un asunto que hay que abordar de forma necesaria y con las miras puestas en la búsqueda de soluciones a medio y largo plazo. No podemos olvidar que la tierra en la que vivimos, Almería, es líder en producción hortofrutícola y eso lleva aparejado una necesidad de agua, de la que no siempre disponemos.
Los agricultores almerienses saben mucho de agua, y sobre todo de cómo hacer del defecto virtud porque el uso que se hace de la misma no puede ser más eficaz. No en vano, se ha conseguido reducir el consumo a una tercera parte, de 15.000  a 5.000 m3/Ha.
Hay que partir de una máxima y es que, si el agua para nuestros cultivos no está garantizada, esta actividad económica, sostén de la economía almeriense, provoca incertidumbre y en consecuencia frena la posibilidad de llevar a cabo nuevas inversiones en este sector, por lo que la necesidad de estudiar, proponer y solventar recursos hídricos alternativos, debe de ser una prioridad.
Es necesario llevar a cabo un Plan de regularización de las aguas de riego. Propiciar la constitución de Juntas Centrales de Usuarios o abaratar el agua desalada. Y, necesario y no incompatible con lo demás, reclamar un plan de inversiones del Gobierno central y Junta para poder llevar a cabo las obras de interés general, la interconexión de los diferentes sistemas de explotación y los distintos recursos hídricos.
Es hora de dejarse de tiras y aflojas; de es tu culpa o la mía; de la dicotomía entre trasvases o desaladoras. En definitiva, de “bailar el agua” (y nunca mejor dicho), según quien hable y sobre todo según quién escuche. Se precisa una solución porque el agua no entiende de color político, ni de ideologías, ni de propiedades, ni de gobernanzas. El agua es de todos y para todos y no puede estar sometida a mercantilización, ni a mercadeo, ni a uso partidista. 
Según para donde se mire, o se revindica el uso de agua desalada o reutilizada, reprochando la falta de funcionamiento al máximo de las desaladoras por parte del Gobierno o el excesivo encarecimiento del precio de dichas aguas; o se critican la falta de aumento de los trasvases y la falta de conexiones intracomunitarias.  A mi modo de ver, polémicas estériles.







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