"No queremos que nos toleren, lo que queremos es que nos respeten"

Testimonios de almerienses con motivo del 28-J, Día Internacional del Orgullo LGTBI

Un momento de la entrevista realizada en el bar “Él vino en un barco”, con López Escobar, Carlos  Sánchez, Miguel Vasserot y Bibiana Montoya.
Un momento de la entrevista realizada en el bar “Él vino en un barco”, con López Escobar, Carlos Sánchez, Miguel Vasserot y Bibiana Montoya.
Rosa Ortiz
22:44 • 27 jun. 2017

¿Cómo vive el colectivo LGTBI en Almería el Día del Orgullo? ¿Sigue habiendo motivos para la reivindicación? ¿Cómo fue su salida del armario, si es que existió? LA VOZ DE ALMERÍA, coincidiendo con la conmemoración del Día Internacional del Orgullo, reunió ayer a unos cuantos almerienses que nunca han temido hablar en voz alta de su identidad sexual. 




Al encuentro acudieron Bibiana Montoya, la primera almeriense que se sometió a una operación de reasignación de sexo, el concejal del PP Carlos Sánchez, el escritor Miguel Vasserot, la empresaria Mari Luz Herrera, el portavoz de IU en El Ejido Juan Antonio López Escobar y el ilustrador Antonio Lorente, que intervino por Skype. Se invitó a muchos más. Algunos ni siquiera aparecieron en el lugar de la cita. Otros declinaron la invitación para no “perjudicar” a su entorno. Las que siguen son las impresiones y opiniones de quienes sí se atrevieron a hablar de su vida y de sus vivencias. Sin prejuicios y sin miedos. 




¿Resulta complicado reconocer públicamente que uno es gay? A la pregunta, respondió, contundente, Carlos Sánchez: “En Almería, hay mucha gente que vive su homosexualidad de manera normalizada y que no quiera participar en esto, indica que estamos mejor que hace 10 años pero que queda un camino enorme por recorrer. Porque tiene narices que estés fuera del armario y te metas en él para una entrevista”.




Juan Antonio López opinó de la misma manera. “Que un reportaje de este tipo suponga casi un hecho revolucionario es un síntoma de que queda mucha lucha por delante”, dice. Continuó Miguel Vasserot: “Mientras tengamos que ir a esa especie de sinagoga solo para gays que son algunos barrios, significará que la lucha no ha terminado”. Vasserot decidió con casi 40 años que era hora de dejar de mentirse a sí mismo y a los demás. Para él no fue sencillo porque su aspecto, masculino y sin “pluma”, nunca dio pistas a su entorno sobre sus verdaderos gustos amorosos “Estar hoy aquí para mí no es fácil. Pero lo hago porque una de las maneras de normalizar esta realidad es contarlo” .  




Otra generación
La suerte de Vasserot, igual que la Sánchez, la de López Escobar, Lorente o Mari Luz, ha sido “complemente diferente” a la de Bibiana Montoya, de una generación anterior y dueña de una biografía tan compleja que resulta muy  complicado resumirla en unas pocas líneas. Ella apuntaba ayer que las cosas siguen siendo igual de difíciles que siempre para el colectivo trans. “Sigue estando muy mal mirado y muy maltratado, pero no pasa nada”, dice  con tristeza. 




Los más jóvenes reconocen que “jamás” han tenido problemas en su entorno, que ni siquiera les hizo falta hablar en casa de su orientación sexual, que no sufrieron acoso en el colegio. “Nunca he sentido ningún rechazo”, cuenta Lorente. “Para mí tampoco ha supuesto ni un más ni un menos. No admito ser la cuota gay de nada”, tercia el portavoz ejidense de IU. “Nos hemos encontramos con mucho camino recorrido porque ha habido muchos y muchas como Bibi que han puesto la cara y se la han partido”, apunta. 




El papel de pionera que se le reconoce a Montoya lo tuvo también en su día Mari Luz, dueña del primer pub de ambiente lésbico que hubo en Almería, el famoso ‘Drácena’. “Los primeros años fueron muy complicados. Nos insultaban, nos lanzaban botellas de agua”, recuerda hoy. En su caso, no hubo problemas para que su entorno aceptara su condición sexual, pero cuenta que siempre fue la “marimacho” del colegio.  




“Los ‘mariquitas’ y las ‘marimachos’ de los colegios, los ‘maricones’ de los pueblos, han abierto camino con su sufrimiento sin saberlo”, defiende López Escobar. “Ole por ellos. Creo que son los que más mérito tienen, los que mostraron desde el principio su condición y queriendo o no queriendo la defendieron. Hay otros que nos ocultamos porque se nos notaba menos”, concluyó Vasserot. 


Y, en este punto de la conversación, apareció la frase que cose el sentimiento común que une tantas trayectorias vitales diferentes: “No nos gusta nada cuando hablamos de tolerancia, porque no queremos que nadie nos tolere. Lo que queremos es que nos respeten”.  
 



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