El Puerto de Almería corteja al mercado de los cruceros de lujo

Desde la cubierta superior del imponente crucero Riviera de la compañía Oceana Cruises, los visitantes miran a la Alcazaba directamente a los ojos, con la sinceridad de la ausencia de barreras. La tripulación presume desde las alturas de la imponente colección de obras de arte valorada en 20 millones de dólares, mientras la comitiva de autoridades muestra los encantos de la riqueza de una civilización milenaria.

El barco brilla a través de las lágrimas de cristal de   swarovski de la lámpara que gobierna un salón de auténtico lujo, mientras los representantes almerienses coquetean en las fotografías con la luz que inunda las aguas de la bahía. Y entre restaurantes, piscinas, saunas, salas de juegos, gimnasios, joyas de precios irreproducibles y paisajes privilegiados, el crucero se presenta engalanado para la visita y Almería recibe a sus huéspedes con los brazos abiertos.

El Puerto de Almería conquista el mercado de los grandes cruceros de lujo, como el  Riviera, de 240 metros de eslora. Durante este año amarrarán en sus muelles 40  buques con unos 50.000 cruceristas a bordo. Un reto y una oportunidad.  “En el seno de Almería Cruise Club estamos trabajando de manera coordinada para promocionar el destino y captar más cruceros que lleguen a Almería”, señala Trinidad Cabero, presidenta de la Autoridad Portuaria. “Es una modalidad turística en constante crecimiento y el Puerto de Almería y la ciudad no pueden ser ajenos a esta realidad”.

Las cifras respaldan la visión de la presidenta. El año pasado el Puerto de Almería acogió un 40 por ciento más de buques y la previsión para los ejercicios 2018 y 2019 apunta a nuevas costas de turistas. “El nivel adquisitivo del crucerista es alto y viene a consumir en nuestra ciudad”, indica el alcalde Ramón Fernández-Pacheco. “Seguiremos trabajando en esa iniciativa para que cada vez sean más los barcos que nos visitan”.

Para lograr el objetivo, las  administraciones apelan a la responsabilidad y a una alianza. Unidas cortejan un mercado exigente, pero muy agradecido, donde cada turista, cada nuevo visitante, ilumina ese horizonte de alternativas de futuro.