Almería puede ofrecer mucho, pero falta información a nivel cultural

Alfonso Ruiz y Diego García instan a que se rescate el valor histórico que la ciudad ha perdido

Los ponentes Diego García y Alfonso Ruiz.
Los ponentes Diego García y Alfonso Ruiz.
Cristina Da Silva
20:23 • 27 jul. 2017

¿Cuál es el patrimonio histórico de Almería y qué oportunidades turísticas ofrece? A ello trataron de responder ayer Alfonso Ruiz García, doctor en Historia del Arte, y Diego García Campos, periodista experto en turismo, en la segunda jornada del curso sobre conjuntos monumentales. La Alcazaba y los refugios “merecen que se les de más importancia de la que se les está dando. Debería pensarse incluso en ampliar la red de refugios para ofrecer actividades complementarias”, sostuvo Alfonso Ruiz. 




Sin aprovechar
Por otro lado, el Cable Inglés es “uno de los elementos de arqueología industrial más significativos”, con 2.400 metros cuadrados en su interior que podrían utilizarse. Las murallas del Barranco de la Hoya, que datan del siglo XI, son “las más importantes que se conservan de la época por su longitud”, explicó el doctor en Historia. 




Ambos constituyen “elementos singulares de Almería, que no se encuentran en otro sitio”, añadió. Y habló entonces de la arquitectura burguesa del siglo XIX, que plagó la ciudad de bloques y viviendas unifamiliares, con sus patios de luces y escaleras de caracol para la comunicación trasera. Espacios que también deberían rehabilitarse. 




Falta de consenso La Casa de las Mariposas es una de estas construcciones y fue restaurada recientemente por Cajamar. El Cortijo de Fischer, hoy sede de un centro de protección de mujeres maltratadas, no ha corrido la misma suerte y ha caído en el olvido. “Debería estar abierto al público”, alegó Ruiz. 




El problema, en su opinión, lo han originado en parte las administraciones, que no se ponen de acuerdo: “El edificio es propiedad de la Junta de Andalucía y la gestión turística la lleva el Ayuntamiento”. Por ello es posible que la arquitectura de puerta y ventana tan característica de la Almería del siglo XIX se acabe perdiendo: “Si se siguen derribando estas casas, en veinte años no nos quedará nada”. 




Historia desconocida
Ruiz también mencionó el movimiento pictórico indaliano, al que no se le ha dedicado ningún museo: “ Lo que hay en el Museo Doña Pakyta son sólo algunas obras”, recalcó. 




Además, la única catedral-fortaleza que hay en España está en Almería, que, por otro lado, fue el lugar de nacimiento del luthier Antonio de Torres, a quien se atribuye la creación de la guitarra española. “Se ha hecho el Museo de la Guitarra, pero eso hay que potenciarlo mucho más”, sostuvo Alfonso Ruiz. 




Almería existe desde hace más de un milenio y hay al menos dos fechas significativas que no se conmemoran, como el año 955, cuando Abderramán III la fundó como ciudad islámica. También el año 1014, en el que Jayrán se convirtió en el primer gobernante de la Taifa de Almería, un reino independiente musulmán que surgió al desintegrarse el Califato de Córdoba.  


Ocurrieron más hechos históricos de relevancia que apenas se recuerdan, como la cruzada que en octubre de 1147 reconquistó Almería por primera vez. O el bombardeo alemán del 31 de mayo de 1937, en plena Guerra Civil. En 2017 se han cumplido ochenta años desde que aconteció este episodio que, sin embargo, “ha pasado sin pena ni gloria”, lamentó Ruiz. 


“Qué pena los almerienses, que no sabemos poner en valor lo que tenemos”. No disponemos de productos culturales de calidad “porque no se han acondicionado para poder aprovecharlos”, terminó diciendo el ponente. 


Abandono absoluto
Diego García Campos coincidió con Alfonso Ruiz, ahondando en que el turismo cultural en Almería se ahoga en “esta dejadez, esta sinrazón que nos mantiene atrapados”. 


El periodista ve el futuro en el turismo cultural: “Los turistas de hoy buscan experiencias, pero si alguien viene a la Alcazaba y al asomarse por la murallas ve lo que hay alrededor, se llevará una mala imagen de Almería que puede que haga que no vuelva”. 


Bajo el título “bienvenidos al abandono”, Diego García propuso a los alumnos que adoptasen el rol de un turista que visita el casco antiguo. No tardaría en encontrar basura, desorden, pintadas e infraviviendas, algo que, desgraciadamente, “no es una película, es la realidad”, concluyó.



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