El árbitro abandona el Athletic-Alavés

El hernaniarra Daniel Palencia Caballero

El joven colegiado fue protagonista en Barakaldo.
El joven colegiado fue protagonista en Barakaldo.
AS
01:00 • 13 ago. 2017

Absoluto surrealismo en Barakaldo. Dos equipos reunidos en el césped a un minuto del 90' y el árbitro hernaniarra Daniel Palencia Caballero, de Segunda B, que, harto por cómo se estaba calentando el Athletic-Alavés, reúne a sus auxiliares y se larga a vestuarios. Incertidumbre. Instantes antes ya había juntado a los capitanes para pedir calma. Los organizadores de la Euskal Herriko Kopa trataron de convencer al colegiado, pero quedó suspendido el choque. Previamente echó a Alexis por hablar y éste le tocó la cara; y en ese tramo final Romero hizo una entrada fea a Saborit,que se revolvió y empezó una tángana. El colegiado se vio desbordado y no trató de imponer el orden.




Palencia se puso al margen y no se vio capaz de poner justicia, así que se largó. Se fue espantado y en un principio no entregó el acta. Ese colofón hunde un torneo de nuevo cuño. Y deja en segundo plano todo lo que pasó en términos de fútbol.Como la joya para ver mil veces del minuto 47 que elevó la final. Muniain se sacó con una virguería a dos jugadores de encima, abrió en la derecha a Lekue, que de primeras centró a Aduriz; este surcó un rato el espacio aéreo de Lasesarre y embocó como los grandes cazagoles de área. Era el 2-1 y parecía definitivo entre Athletic y Alavés. Pero no. La final vasca era lo más parecido a un ensayo general de cara a la Liga, que para los albiazules llega el viernes. De inicio, ambos llegaban fácilmente a las áreas,enganchando rápido con las medias puntas.




San José y Vega son dos medioscentros muy posicionales y trasladar el balón a zonas de ataque costaba mucho. Por eso el ritmo era pesadote, aplastante. El Athletic manejaba el balón y las situaciones ofensivas, lanzó la presión alta y Wakaso tenía que bajar a recibir para sacar la bola del atolladero. En la primera media hora se asistió a un rosario de jugadas de estrategia, con muchos jugadores apelotonados. Un atasco. El Alavés buscó más tarde con sus dos puntas a los dos centrales rojiblancos y ahí se exhibió con su velocidad Laporte.




El Athletic tenía mucha posesión pero poca profundidad .Vesga metió un gran gol raso desde más allá de la media luna. Ziganda cambió a seis en el descanso. Aduriz cometió una torpeza al poner el codo en una falta lanzada por Ibai. Lanzó el penalti éste y cogió el rechace para colarlo por la escuadra. Luego Aritz se desquitó con el tanto marca de la casa. Finalmente llegaron los líos: otro penalti, este más dudoso, de Rico a Vigaray y un bochorno que debería avergonzar y hacer recapacitar a más de uno.








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