Albox

Juan Pardo Lirola, el joven scout que ‘prestó’ su rostro al San Juan de Albox

Su padre envió al imaginero que hizo la talla una foto del niño que había fallecido con 9 años

Juan, de oscuro, junto a su hermano Manolo, en una foto publicada en el libro de Miguel Ángel Alonso y propiedad de M. Ángeles Pardo.
Juan, de oscuro, junto a su hermano Manolo, en una foto publicada en el libro de Miguel Ángel Alonso y propiedad de M. Ángeles Pardo.
Eva de la Torre
12:51 • 18 ago. 2017

La imagen de San Juan del paso ‘Colorao’ de Albox es la que encabeza la procesión que cada mañana del Viernes Santo recorre las calles del pueblo. Seguro que son muchos los vecinos que conocen a este santo con su dedo índice señalando el camino y una palma en la otra mano. Pero es posible que, sin embargo, no sepan que ese San Juan lleva el rostro de un joven scout que falleció en 1935 con solo 9 años, tras sufrir una fatal caída.




Esta historia es una de las muchas que Miguel Ángel Alonso Mellado ha recogido en el libro ‘Los exploradores de Albox. Una odisea scout en Almería’, publicado con motivo de los 100 años de existencia de este Grupo Scout, el más antiguo de Andalucía.




Según relata el historiador local en el capítulo ‘El explorador Juan Pardo Liria’, “En la calle Antonio Martínez nº 3 vivía el comerciante José Manuel Pardo Segovia y su esposa Mª Josefa Liria Sánchez. Tenían 5 hijos, la mayor, Ana Mª, después venían Pedro y Rogelio, que eran exploradores; Juan, que era lobato; y el pequeño, que se llamaba Manolo”. De esta forma, presenta el autor a Juan, el protagonistas de esta historia.




“Un día a comienzos de febrero, fueron los dos hermanos Juan y Manolo a jugar a la rambla y pasaron el rato entreteniéndose en la zona de la fuente de los Caños. El balón cayó por descuido dentro de la tapia de una casa, y Juan, al ser el mayor, escaló la pared y recuperó la pelota lanzándosela a su hermano Manolo. La fatalidad quiso que Juan, al descender, resbalara y cayese desde una altura considerable. En un primer momento y tras recuperarse del susto inicial, Juan le dijo a su hermano que no dijese nada en su casa...”. Y con esta inocente petición, sentenció Juan sin saberlo su futuro.




Alonso Mellado cuenta que “Pasaron dos días sin que en su casa notaran que al muchacho le había ocurrido algo. Cuando empezó a tener fiebre Juan y a sentirse mal, su madre descubrió la trama e inmediatamente fueron a la casa contigua donde vivía el médico Diego Alonso Fernández. Este, al examinar al muchacho, detectó que tenía un gran derrame en la pierna y que tenía esa extremidad fracturada”. A partir de aquí, los acontecimientos se precipitan: la familia lleva la muchacho a un hospital de Granada utilizando el taxi de ‘Vizcaíno’. Allí, los médicos les dieron la peor noticia posible: “Nada se podía hacer por Juan, no había ni posibilidad de amputarle la pierna, la gangrena se había extendido y no se podía hacer nada, lo desahuciaron a la edad de 9 años”, recoge el autor.




“Prepararon el triste viaje de regreso en el taxi de Vizcaíno, pensando en que era un mal sueño”, pero no fue así y “Juan falleció antes de llegar a Albox: era el día 9 de febrero de 1935”.




Algunos años después, según el relato de Miguel ángel Alonso ,el padre de Juan decidió encargar una imagen a un maestro imaginero de Barcelona, “al cual le envió una fotografía del chiquillo para que la imagen tuviera cierto parecido con Juan Pardo, para que, aunque no tuviera físicamente a su hijo, al menos pudiera ir a verlo a la iglesia. La talla llegó a Albox en los primeros años de la década de los 40 y fue regalada a la iglesia de la Concepción de Albox, era un San Juan!!!, como no podía ser de otra manera y, desde entonces, todos los Viernes Santos, salen los Coloraos con su San Juan, sin saber hasta el día de hoy que la cara del Apóstol es la de Juan Pardo Liria, Lobato de los Exploradores de Albox”.




Y así acaba el autor la historia del joven scout albojense que prestó su rostro a San Juan Evangelista.



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