Níjar

25.000 colillas recogidas en cuatro días de cinco playas del Cabo de Gata

La iniciativa ha partido de los educadores ambientales para concienciar a los bañistas

El montaje  ‘Las colillas no se esfuman’, realizado en El Playazo por Inmaculada Jiménez y Jaime Chávarri.
El montaje ‘Las colillas no se esfuman’, realizado en El Playazo por Inmaculada Jiménez y Jaime Chávarri.
Eva de la Torre
19:20 • 27 ago. 2017

Las colillas de los cigarrillos son, hoy en día, el residuo que en mayor cantidad hay en las playas. Además, se trata de un elemento altamente contaminante y que puede tardar décadas en desaparecer de la naturaleza. Lo de que son abundantes ha quedado más que demostrado con la iniciativa desarrollada por los educadores ambientales de Níjar, que han recogido 25.200 colillas de la arena de cinco playas del Cabo de Gata en tan solo cuatro días.




En concreto, Inmaculada Jiménez, Jaime Chávarri, Carmen García y Miguel Ángel Gómez han quitado los residuos abandonados por fumadores poco civilizados en El Playazo, de Rodalquilar, Las Negras, Aguamarga, San José, Los Escullos y La Isleta del Moro. Con todo el material, decidieron hacer un montaje que, bajo el lema ‘Las colillas no se esfuman’, mostraba todos los residuos que se habían recogido en cada uno de estos puntos.




Jiménez y Chávarri cubren Aguamarga, Las Negras y El Playazo, mientras que García y Gómez están en San José, Los Escullos y la Isleta. “Nosotros contamos 700 colillas en una botella de litro y medio de agua y teníamos 20 botellas, lo que supone unas 14.000 colillas. Los compañeros han recogido en sus zonas otras 11.200, por lo que en total serían 25.200 colillas recogidas en el Parque Natural”, explica Inmaculada Jiménez.




El objetivo de esta campaña, comenta esta educadora ambiental “es concienciar a la gente para que no tiren colillas en las playas y que conozcan los efectos tan dañinos que tienen estos residuos para el medioambiente”.




De hecho, según un informe de Ocean Conservancy que menciona Jiménez, una colilla contamina 8 litros de agua de mar y 50 de agua potable. Los filtros están hechos de acetato de celulosa, son lo más contaminante del cigarrillo, y pueden tardar décadas en ser degradados por la naturaleza. Algunos autores afirman que tardan entre 7 y 12 años, mientras que otros afirman que incluso permanecen 25 años. Y lo peor es que durante todo ese tiempo van liberando sustancias que han retenido durante la combustión del cigarrillo. No sólo contaminan agua y suelo, también la atmósfera, ya que al pisar una colilla se liberan sustancias tóxicas volátiles. Otra consecuencia de las temidas colillas es que en contacto con el agua se desprenden distintos metales pesados, que pasan a ostras, mejillones o gambas y que se comen los peces al confundirlas con alimento, afectando así a la cadena alimentaria. Eso sin contar con que pueden causar incendios y generan un gran impacto visual.




La labor de estos educadores ambientales consiste en concienciar a los visitantes del Parque Natural, destacando la importancia de mantener el entorno limpio de todo tipo de residuos, sobre todo de colillas, “ya que por su toxicidad deberían ser tratadas como residuos peligrosos”, concluye Jiménez.






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