Cuatro millones de árboles se mueren de sed en el Almanzora

Los regantes piden 5 hectómetros urgentes para evitar la pérdida de cítricos, melocotón, nectarina y ciruela

La Mesa del agua mantuvo ayer un encuentro de trabajo en la sede de Asempal para estudiar medidas urgentes que palien los problemas de sequía en el L
La Mesa del agua mantuvo ayer un encuentro de trabajo en la sede de Asempal para estudiar medidas urgentes que palien los problemas de sequía en el L
Manuel León
12:58 • 16 sept. 2017

La Mesa del Agua de Almería decidió en su reunión de ayer trasladar al Ministerio de Agricultura  la petición excepcional de un riego de socorro para salvar  cuatro millones de árboles frutales que están a punto de perecer a consecuencia de la suspensión del Trasvase Negratín-Almanzora.




De acuerdo con las estimaciones de las comunidades de regantes de las zonas afectadas, se necesita con la mayor urgencia la llegada de 5 hectómetros del Negratín para evitar la pérdida de la cosecha de cítricos y de fruta de hueso.




Desde hace  varios días, en algunas zonas de la comarca del Almanzora, los cítricos y frutales no reciben ningún riego y los árboles han comenzado a perder las hojas.




Clementinas
La inminente cosecha de clementinas, que se iniciará en menos de diez días, corre el peligro de perderse si no llega agua con urgencia. En estos momentos, los frutos no están alcanzando el calibre comercial, ya que el engorde habitual que se registra por estas fechas se ha visto menguado por la falta de agua. Tras la cosecha de clementinas se verán afectadas otras producciones de cítricos, y posteriormente las de fruta de hueso como melocotón, paraguayo, nectarina y ciruela.




La situación es especialmente grave en las comunidades de regantes que tenían el agua del Negratín como único recurso disponible. Esto sucede en la zona alta de la comarca del Almanzora y especialmente en la zona norte de Huércal-Overa, donde algunas plantaciones ya han entrado en 'dotación cero' y no reciben agua. En la mayoría de las fincas de cítricos las escasas reservas existentes en los embalses a pie de parcela quedarán agotadas la semana que viene. “Las recientes lluvias han dado para un riego o dos, pero la situación es dramática y  significará la ruina de muchas familias y el arranque de millones de árboles que fueron sembrados hace décadas”, explica el portavoz de la Mesa del Agua, José Antonio Fernández.




La petición urgente de 5 hectómetros constituye “el mínimo imprescindible para evitar el arranque de los árboles y se pueden perder contratos comerciales y muchos empleos”.




La lechuga es una de las producciones más afectadas y algunas empresas productoras de la comarca se han visto obligadas a sembrar solo el 25% de la superficie disponible.




La Mesa ha decidido convocar a todo el sector agrícola  a una manifestación que tendrá lugar el próximo 16 de octubre para exigir la reparación urgente de la desaladora de Villaricos, sin servicio desde que un riada la destruyó en 2012.


El Andarax sufre por las riñas personales
Los agricultores de la Vega y del Bajo Andarax han atravesado -están atravesando- también momentos de angustia por la falta de agua para regadío. Tras la resolución de la Administración autonómica por la que se cortaba el suministro del agua de la Depuradora de El Bobar, “por no cumplir con las suficientes garantías”, las hortalizas de esos pagos se han visto necesitadas de un caudal alternativo que está llegando con cuentagotas y de forma transitoria desde la delasadora de la capital y con algunas aportaciones a través del Campo de Nijar procedentes de la Desaladora de Carboneras.


No es suficiente, sin embargo, para los cultivos de tomates, sandías o melones de más de 2.500 agricultores que necesitan un agua fiable que les permita cumplir con los contratos de suministro a sus clientes nacionales e internacionales.


En este área de riegos están afectadas grandes comercializadoras como CASI, Casur, Vegacañada, Caparrós o Biosabor. Los desencuentros personales entre comuneros, el Sindicato de Riegos y la organización Coexphal ha sido un lastre añadido para regularizar el suministro hídrico. Está en marcha el proyecto definitivo de un terciario -el Ayuntamiento ha ofrecido el suelo- para que las aguas de El Bobar puedan volver a ser reutilizadas.


El Poniente respira y preserva sus acuíferos
Con la evidencia de que todo es susceptible de mejorar, los invernaderos del Poniente -el epicentro de la agricultura intensiva almeriense con más de 20.000 hectáreas de invernadero- disfruta de una cierta seguridad en cuanto a recursos hídricos. La puesta en marcha de la desaladora d Balerma, que ya sirve siete hectómetros adicionales, ha sido un bálsamo para miles de agricultores de El Ejido, Roquetas, Vícar o La Mojonera.


La Junta Central de Usuarios de Aguas del Poniente, sin embargo, decidió hace unos meses emprender medidas de ahorro de sus acuíferos subterráneos, sobre todo de los pozos inferiores con agua procedente de los deshielos de Sierra Nevada, alojada en la Sierra de Gádor. Ese acuífero inferior es como la  joya de la corona de los comuneros del Poniente. Para preservar este bien, se sirven del agua del pantano de Benínar, el de la propia desaladora balermera y próximamente también de la Balsa del Sapo y de las aguas residuales, convenientemente reutilizadas, de las futuras depuradoras de El Ejido y Roquetas. E total, podría suponer un ahorro anual de 30 hectómetros para el acuífero, respetando el consumo de 6.700 metros cúbicos por hectárea que establece el plan de cuenca.


El tiempo en el que el Trasvase del Ebro se cambió por desaladoras
José María Aznar, hace más de una década, llegó a poner la primera piedra de un Trasvase que se presentaba como el remedio de todos lo males para la pertinaz sequía. El sueño de los campesinos almerienses más veteranos: traer agua desde el mismísimo Ebro nunca se cumplió. El Gobierno de Rodríguez Zapatero trajo debajo del brazo un nuevo Plan Hidrológico y la ministra Cristina Narbona empezó a llenar el mapa de Almería con alfileres de nuevas desaladoras, que, en parte, están solventando los riegos del campo almeriense. Con el caudal actual y las hectáreas de hace veinte años, Almería no tendría déficit hídrico. Pero la superficie invernada y al aire libre ha crecido- también la riqueza- y eso ha multiplicado  las necesidades hídricas de la provincia.



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