Todo tiene un porqué

El guitarrista almeriense comienza una nueva sección en LA VOZ que cada dos semanas acercará a los lectores el universo de la Musica Clásica de forma llana, sencilla

Detalle de las manos de Alejandro Aparicio durante una reciente actuación. (Foto: Yolanda Girón)
Detalle de las manos de Alejandro Aparicio durante una reciente actuación. (Foto: Yolanda Girón)
Alejandro Aparicio
01:00 • 13 nov. 2017

Seguramente os estaréis preguntando de qué va este espacio, pero si os tomáis unos segundos podríais empezar a descubrir algo nuevo, o incluso comenzar a ver desde otro prisma. Permitidme que os cuente.




Nací en Almería, dentro de lo que podríamos llamar una familia acomodada. Durante mi niñez, en mi casa se consumía algo de cultura, especialmente la literatura y la pintura. Sin embargo, la conocida como Música Clásica nunca tuvo un hueco. Tampoco tuve una infancia dura en la que los sucesos indeseables y totalmente traumáticos marcarían toda mi existencia, como es el caso del pianista James Rhodes, cuyo instinto de supervivencia le hizo agarrarse a Bach y a su música.




Mis orígenes con este género no son nada poéticos, ni especiales. No caben en ellos grandes historias, ni hazañas... pero aún así, me gustaría que los conozcáis. 




Aunque en mi casa no se escuchaba esta música, tuve la suerte de que una de mis tías tocaba el piano y estudiaba en el conservatorio. En aquel momento, ella vivía en Granada y cada vez que íbamos hasta allí para visitar a la familia, aquel piano que ocupaba una pared del recibidor de la casa conseguía atraparme. Desde que recuerdo, lo primero que hacía al llegar era sentarme ante el instrumento y tocar... y jugar con él. En muchas ocasiones mi tía, tras mi insistencia, se sentaba junto a mí a enseñarme alguna cosa o incluso tocaba para mi disfrute. Agradezco enormemente a Rebeca aquellos momentos, sin duda no estaríais leyendo esto de no haber sido por ella.




¿Qué pasó después? Seguí interesado en la música y mis padres, viendo mi interés, y también el de mi maestra (todo he de decirlo), decidieron que era momento de fomentar aquello. A partir de aquí, se sucede la historia normal de cualquier niño que entra a estudiar en un conservatorio. En mi caso fue la guitarra. Con ella comencé a descubrir, paso a paso y sin ser del todo consciente, lo que era la Música Clásica. 




Hoy me dedico de pleno a este mundo y escucho continuamente con pena comentarios que rezan que la Música Clásica es aburrida, elitista, que es demasiado tranquila, que no se entiende... creedme si os digo que comprendo el origen de estos comentarios, pero debo deciros que escribo especialmente para personas que puedan pensar de esta manera. 




Para empezar, vamos a derribar uno de los grandes muros, abandonamos “Música Clásica” para hablar de “Música Inmortal”. ¿Pretencioso? Quizás…¿Pero cómo no serlo? Se trata de la música atemporal, como las grandes obras de la literatura o la pintura, que siempre nos acompañarán independientemente de la sociedad, las modas, la época... esta música siempre estará ahí. Me gustaría que podáis disfrutarla y llegar a sentiros como puedo sentirme yo, en ocasiones, al escucharla...y os aseguro que no hay que ser músico para ello.




Sólo os voy a pedir dos condiciones. 


La primera es que os quitéis todos los clichés que tengáis, que posiblemente sean muchos, sobre lo que conocéis de la mal llamada Música Clásica. Olvidaos del negro que visten los músicos, de las butacas de los auditorios, de no saber cuándo aplaudir. Olvidaos de si nos pueden mirar mal por ir con tenis (zapatillas) a un concierto, o de si sólo es para gente mayor. Olvidaos de todas esas limitaciones que hacen que la música deje de ser lo importante, y si tenéis preguntas, hacedlas. Ya os voy diciendo que sí, por supuesto que podéis ir en tenis a un concierto.


Y la segunda condición es que os dejéis llevar y cuando escuchéis la Música, simplemente escuchéis. 


De esto va el asunto. De que vosotros y yo, descubramos juntos lo grandioso de este género. De que, cada dos semanas, podáis leer un artículo en el que os recomendaré una escucha y os daré algunas pistas para experimentarla al máximo. De que, en definitiva, os llenéis de MÚSICA. Espero que hoy sea el comienzo de algo que, desde luego, os puede cambiar.


No puedo más que daros la bienvenida a #EscuchandoMúsicaInmortal.


Alejandro Aparicio es guitarrista almeriense. Músico fuera de los cánones habituales de la música clásica, destaca por su cercanía con el público en el escenario y su sensibilidad. 
 



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