Marco Motta lo ha pasado mal. El lateral estuvo diez jornadas sin jugar por decisión técnica de Luis Miguel Ramis hasta que hace quince días le dieron la oportunidad en Albacete. El pasado viernes, contra el Zaragoza, el italiano volvió a sonreír: “He olvidado todo lo que ha pasado. Doy las gracias a mi familia, que me sostiene todos los días, y también a una afición increíble. La gente de Almería me regala un cariño espectacular todos los días”, comentó Motta a la Cadena SER.
El jugador reconoció que con Ramis la relación era cordial, aunque el míster no contara con él: “Lo que no me gustó de la situación es que se dejó entrever que pasó algo, cuando no era así. Un día jugué y luego estaba en la grada. Respeté las decisiones, simplemente”.
No ha bajado el ritmo de los entrenamientos, consciente de que su momento volvería a llegar: “Mis padres me enseñaron a contestar con hechos y no con palabras. He seguido trabajando y me siento feliz porque siempre ayudé en todo”.
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