Cinco encuentros en el Salón de los Pasos Perdidos y uno en la calle Arenal

Pedro Manuel de La Cruz
23:24 • 09 dic. 2017

El ¡Ufff! ¿dual? de Susana Díaz 
Diputados, parlamentarios, representantes de la universidad, el mundo de la cultura y periodistas esperan en la carpa instalada en el Patio del Congreso para entrar en el amplio pasillo que separa el hemiciclo del salón de los Pasos Perdidos donde la presidenta del Congreso y el presidente del Senado saludan uno a uno a sus invitados. Susana Díaz llega y se acerca. Nunca ha dejado de asistir a ningún acto de carácter institucional. Hablamos un poco de todo y en un momento le pregunto qué espera para después del 21 D en Cataluña. Cierra los labios en un gesto de duda y solo los abre para acompañar de aire un “¡uff!” que es todo un interrogante lleno de un mar de dudas. Lo que no sé es si esas dudas aluden solo al resultado o a la postura que el PSC adoptará si se concreta la diabólica aritmética parlamentaria que diagnostican todas las encuestas. La tentación de un tripartito con Esquerra y los Comuns de Iglesias y Colau vive arriba, en algunas cabezas de Barcelona y Ferraz.


La promesa de Rajoy
Después de la intervención de Ana Pastor -cálida con Manuel Marín, el ex presidente velado el día anterior en ese mismo salón, certera en el elogio y obligada defensa de la Constitución que más libertad y progreso ha traído a este país en toda su historia y contundente contra del viaje equinoccial y ridículo de Puigdemont y su banda de los cuatro a la sedición- el salón de los Pasos Perdidos se convierte en un escenario de encuentros. Me acerco a Rajoy. “Hombre, ¿qué tal van las cosas por Almería? Ah, y antes que me lo digas tú te lo digo yo: no se me ha olvidado la promesa y en los próximos meses la cumplo; pero es que, chico, con la que está cayendo…”. Sé que lo cumplirá.


La soledad de Iglesias  
Quizá pueda ser casualidad o un error de apreciación, no sé, pero antes del acto oficial y después, en el cóctel, vi más interés por los periodistas tertulianos en hablar con Errejón que con Pablo Iglesias. Al líder de Podemos se le notaba incómodo. Había asistido al acto en un gesto teatral- tan teatral como su premeditado aliño indumentario, un jersey a medio camino entre los históricos ‘marcelinos’ y Alcampo- para frenar el flanco independentista que tantos votos les puede costar, pero ya nadie cree,  solo los suyos, su interpretación de hasta la revolución y más allá. Hay que ser cínico para asistir a un acto de apoyo a la Constitución a la que pretenden destruir. Los focos de la Sexta han disminuido su voltaje y la estrella comienza a apagarse. La que no despega es la de Pedro Sánchez. A pesar de su intento por imitar a Iglesias en la ausencia de corbata o en el uso de jersey. Será la moda de una pretendida nueva izquierda.




El temor fundado del                         ministro
En el Salón de Plenos me encuentro con Iñigo de la Serna. Hablamos de su visita de hace apenas una semana a La Voz y recuerda intencionadamente la licitación de las obras de El Puche llevada a cabo hace apenas unas horas. “Modificar ahora el proyecto es un disparate, perderíamos cerca de dos años en acabar la tramitación de uno nuevo. Vamos a hacer la obra prevista y a no perder mas el tiempo. Las obras siempre causan molestias”. Unas molestias que siempre serán menos molestas que no hacerlas. En primavera volverá a Almería y el soterramiento de el Puche, por fin, que ya está bien, estará en construcción. Vamos a dejarnos de quimeras y a ser prácticos.
El cuchillo de doble hoja de Miguel Ángel Aguilar
Miguel Ángel Aguilar, el “telegrafista” de la SER y tertuliano de La Sexta, forma un corrillo lleno de sarcasmo lúcido, ironía inteligente y abundante mala leche. Fernando Jáuregui, Graciano Palomo, Eduardo Peralta, director de Ideal y yo reímos sus maldades. No deja títere con cabeza: desde Juan Luis Cebrián a Ansón pasando por Pablo Manuel Iglesias y Jota Pedro, todos se llevan su ración bien despachada. Tiene que ser insufrible participar en una tertulia con este maestro del periodismo y catedrático de la ironía del que nunca sabes si va o viene. Solo al final se pone serio y analiza el tema catalán desde una óptica de estrategia militar. “Lo que le ha pasado a Puigdemónt- dice rotundo- es que desconoce el principio de la filosofía de guerra según la cual antes de empezar las hostilidades hay que tener definida muy bien cuál es el perfil de la victoria que se quiere conseguir. Y el no honorable ex president nunca tuvo definido ese perfil; por eso no sabía qué hacer antes y no sabe que hacer ahora y no sabrá qué hacer después. Su única estrategia se basa en la ocurrencia”. 
No creo que Miguel Ángel Aguilar vaya por caminos muy descaminados.7


Un encuentro en la calle Arenal con Pérez Navas
El mundo es un pañuelo y Madrid un barrio. En la calle Arenal me encuentro con Pérez Navas y su familia. Aprovecha el puente para enseñarles la capital. Se le ve tranquilo- siempre lo está – y no hablamos de política; cada cosa tiene su momento. Pero no puedo negar que me quedé con ganas de preguntarle en qué momento de todo el proceso de primarias a la secretaria provincial fue consciente de las maniobras orquestadas en la oscuridad en las que López Olmo (éste con toda seguridad) y él mismo (dudo si las conoció desde el principio) fueron manejados por quienes realmente aspiraban a mandar en el PSOE desde la sombra.
Ya lo hablaremos; en su momento.






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