Liberémonos

Escuchemos de verdad la música que siempre se recordará, porque todos deberíamos sumergirnos en la Música Inmortal

Alejandro Aparicio
21:00 • 11 dic. 2017

Sinfonía de la Liberación, así se conoce a la gran obra que hoy os recomiendo, una de esas que supone un viaje a veces extraño pero en la que cualquier duda y oscuridad se disipa en su final. Hoy escuchamos la Sinfonía nº2 de Sibelius




A veces la Música Inmortal puede resultar complicada de seguir, esto se debe a su naturaleza abstracta. En una novela percibimos palabras que tienen un significado fácilmente entendible para nosotros. En el teatro y el cine, los textos son además acompañados por la interpretación de los actores (y mucho más). Incluso un cuadro, aunque pueda ser abstracto, resulta más fácil de descifrar gracias al sentido de la vista. En la música, nos encontramos desnudos, y todo el universo que supone una obra tiene que ser interpretado tan solo por nuestro oído. Esto no significa que no haya una historia, una sucesión de hechos. En esta Sinfonía nº2, ocurren muchas cosas, y una de ellas es que las primeras notas del principio, que podrían representar algo sencillo, evolucionan hasta convertirse en algo heroico y grandioso, en un himno colectivo. Sin ninguna duda, esta música relata un combate.




Posiblemente sea la primera obra con carga política de la historia. Jean Sibelius nació en una Finlandia perteneciente al Imperio Ruso y en una época en la que la represión cultural de las múltiples naciones que lo conformaban era muy alta. Desde su estreno en 1902 se entendió como una Sinfonía que representaba la lucha de su Finlandia, y daba esperanzas a todo un pueblo deseoso de libertad e independencia. Y aunque se dijeron cosas como que se trataba de “la protesta más desgarradora contra toda la injusticia que nos amenaza en la actualidad” y que daba “perspectivas esperanzadoras para el futuro” (de Finlandia), Sibelius no admitió que se tratara de un alzamiento de voz contra Rusia, aunque posiblemente no lo hiciera por la censura. Lo que sí afirmó este magnífico compositor sobre su Sinfonía nº2, es que se trata de “un combate entre la muerte y la salvación”, “una confesión del alma”.




Aquí encontramos parte de la grandiosidad. Y es que esta música se puede entender como un símbolo de lucha de todo un pueblo, un grito ante la represión, como un rayo de esperanza en la oscuridad, una batalla interior y toda una declaración personal. No sólo está cargada de belleza sino que sus múltiples mensajes son atemporales y bien valían a principios del s.XX, en la actualidad o en cualquier otro lugar y momento histórico.




Por todo esto os recomiendo que escuchéis la pieza completa, con sus cuatro movimientos. De esta manera podréis experimentar vosotros mismos toda esa batalla, esa transformación en grandioso, las dudas, los temas lúgubres y tristes contrastados con la sencillez de otros, porque aquí asistimos a situaciones que todos hemos vivido, pero hechas música. Y todo esto acaba épicamente en su cuarto movimiento. 




Como ya sabéis, en las redes y bajo el hashtag #EscuchandoMúsicaInmortal, encontraréis la grabación que os recomiendo. Y para los que sólo dispongáis de unos minutos, os aconsejo que al menos escuchéis el Finale (en el vídeo aparece el minuto de comienzo), ahí está el desenlace. Las historias cobran un sentido completo al vivirlas enteras, por eso no vemos sólo los finales de las películas o leemos los últimos capítulos de los libros, por eso y... porque no son sólo importantes los desenlaces, sino los caminos que nos conducen a ellos. Aún así, es emocionante escuchar todo lo que ocurre en su final, donde toda una serie de tensiones se resuelven, donde se nos desvela el resultado de esta batalla. Escuchad con atención, que después de todo (alerta spoiler), esta vez será feliz.




Ahora ya sabéis, buscad un rato adecuado y poneos los cascos (o un buen equipo), no escatiméis en el volumen, no podéis perderos nada. Concentraos en lo que vais a hacer, que no es más que escuchar con atención, e intentad no pensar en nada más. Olvidaos de todo y sumergíos, adentraos y escuchad la lucha...y vividla. La esperanza, la victoria y la liberación no son sólo de Sibelius, ni del pueblo finlandés, esa sensación es vuestra, quien pueda penetrar en esta obra vivirá la grandiosidad de haber conseguido algo importante, de haberse superado. En los últimos compases todo es nítido y el Bien, una vez más, se antepone, la Belleza queda plasmada y nos hace formar parte de ella. Y como se ha dicho sobre esta Sinfonía nº2, se nos muestra a “un hombre dignificado mirando al horizonte”




Alejandro Aparicio es guitarrista almeriense. Músico fuera de los cánones habituales de la música clásica, destaca por su cercanía con el público en el escenario y su sensibilidad. 


Foto: Yolanda Girón
 



Temas relacionados

para ti

en destaque