Un ‘zahorí’ del siglo XXI para dar con las fugas de agua

Dos geófonos de inspección acústica; un correlador acústico; una placa de detección de tapas de registros enterradas; una sonda emisora para conocer el trazado de las redes; equipos manométricos de control de presión; y un caudalímetro ultrasónico portátil para medir caudales en las tuberías de forma no intrusiva y que almacena 24 horas de registros en continuo. Estos son los recursos técnicos con los que cuenta el equipo de detección de fugas de la Diputación, un auténtico ‘zahorí’ del siglo XXI que presta sus servicios a los municipios de la provincia. 

Creado en 2002, el servicio de detección de fugas hídricas “se mantiene activo los 365 días del año, las 24 horas del día, con el fin de garantizar  el acceso al agua durante las 24 horas del día a todos los ciudadanos de la provincia de Almería”, lo que ha supuesto más de 100 actuaciones durante 2017,  explican desde la Diputación. 

Facilitar la vida a los vecinos
El diputado provincial de Fomento, Óscar Liria, ha destacado la importancia que tiene la labor que realiza en este sentido la Diputación “codo con codo” con los responsables municipales encargados de la prestación del abastecimiento en los pueblos con menos recursos económicos y técnicos. “Esta asistencia representa una de las colaboraciones más importantes que la institución provincial presta a los ayuntamientos y que facilita la vida a decenas de miles de vecinos garantizando el acceso a agua de calidad y en cantidad”, ha señalado.

Los sistemas de abastecimiento deben proveer de agua potable de calidad y en cantidad adecuada a todos los ciudadanos, con suficiente presión y en cualquier momento. La existencia de fugas se convierte en la principal barrera para lograr que estos objetivos puedan cumplirse, provocando molestias a la población e impactos económicos, sociales y técnicos. 

Además, la necesidad de aportar más agua al sistema a causa de las pérdidas supone un gasto adicional de agua y una presión sobre las fuentes hídricas y requiere el consumo de energía adicional, ocasionándose de este modo emisiones de dióxido de carbono que pueden evitarse al acabar con las pérdidas. 
Los costes de explotar, tratar y transportar agua perdida en su camino al consumidor sin ser facturada complica también el cumplimiento obligado por Ley del principio de recuperación de costes de los servicios públicos. 

Daños en calles y casas
La continuidad en el tiempo de fugas no detectadas puede provocar daños en las pavimentaciones y el mobiliario urbano de las calles, así como en las cimentaciones de las viviendas adyacentes, pudiendo ser necesaria la ejecución de costosas obras de reparación a sufragar por las arcas municipales como titular de las redes de distribución de agua. “De ahí la utilidad de un servicio que la Diputación presta sin coste a los ayuntamientos”, ha destacado Liria.

Para evitar estos daños, la Diputación de Almería presta de manera continua este servicio desde el año 2002 habiendo alcanzado ya las 1.500 peticiones de asistencia por parte de ayuntamientos. “Gracias a la mejora en las redes de abastecimiento en los municipios el número de intervenciones es cada año menor y este año ha superado el centenar”, concluye el diputado de Fomento.

Equipo en marcha con un e-mail
Una vez observada la posible fuga por los responsables municipales, éstos lo ponen en conocimiento de la Diputación a través del correo electrónico. Con la mayor rapidez posible, ya que son actuaciones prioritarias, su personal acude a las poblaciones para la detección y el marcaje de la fuga. 

Todas las fugas detectadas son inventariadas mediante una base de datos, lo que permite determinar la necesidad de renovación de las infraestructuras hidráulicas en el caso de la existencia reiterada de problemas en determinadas zonas de las redes municipales.