Un almeriense de Abla diseña coches vintage para millonarios árabes

Juan Hurtado fabrica más de cien unidades anuales de modelos exclusivos que vende bajo pedido

Juan hurtado en primer término, con sus hijos, junto a uno de sus modelos exclusivos fabricado a la medida del cliente.
Juan hurtado en primer término, con sus hijos, junto a uno de sus modelos exclusivos fabricado a la medida del cliente.
Manuel León
23:29 • 12 ene. 2018

Si las grandes ideas nacen en un garaje, la de Juan Hurtado González (Abla, 1943) no podía ser menos: una empresa de autos retro a medida para caprichosos millonarios del ancho mundo, uno de ellos al Príncipe Alberto de Mónaco.
Así surgió Hurtan en 1992, cuando este emigrante almeriense, manitas de la mecánica, hizo realidad su sueño en un taller mecánico de Santa Fé (Granada). Y con esta firma de fabricación artesanal de vehículos exclusivos ha vendido ya centenares de unidades en Suiza, Alemania, Rusia y Emiratos Arabes, a la manera de un Morgan oriundo de la comarca de Nacimiento.




Juan, se ha retirado ya de la primera línea, y ha legado este próspero negocio de autos vintage a sus tres hijos: Juan Ignacio, Rosa y Francisco, mientras él aprovecha para ir con más asiduidad a la casa abulense que aún conserva.
Tras emigrar con su familia a Barcelona en 1958, donde trabajó para la Seat, volvió en 1984 a Andalucía y abrió un taller de chapa y pintura en Granada que se convirtió en un referente.




Juan empezó entonces a dar forma a sus inquietudes con el objetivo de construir con sus manos el coche de sus sueños inspirado en los clásicos de los 50 y los 60. Pero antes de todo eso, Juan era Juanito, una criatura trufada de sabañones y amamantada con pelargón al calor de la leña de olivo. Era Abla su pueblo -lo es aún- y su sueño, los automóviles americanos que derrapaban en la pantalla del cine de su padre.




Se pasaba las horas infantiles dibujando un Jaguar o un Pontiac sobre la tierra de la era o esperando al médico cuando llegaba rugiendo con su Topolino azulete, como si fuera Isadora Duncan.




Ahora sus hijos fabrican por encargo más de 100 unidades anuales manufacturadas de forma artesanal a partir de su célebre modelo Hurtan desde 35.000 euros.




La piel la compran en Murcia, de Inglaterra llegan los faros y los techos de Alemania.




Hurtan suma ya 600.000 euros de facturación  y da empleo a ocho trabajadores, artesanos de la madera y del cuero, mecánicos y carroceros, que están enfrascados en la producción de un nuevo modelo, Author, del que tienen ya 35 pedidos exclusivos, para seguir cumpliendo el el sueño de Juan de Abla.
 





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