La Hoya pide un rescate urgente

La Alcazaba sigue siendo el monumento más visitado por los turistas a pesar de la decadencia de su entorno

Chabolismo y basura debajo de los muros del primer monumento de la ciudad.
Chabolismo y basura debajo de los muros del primer monumento de la ciudad.
Eduardo D. Vicente
20:50 • 20 ene. 2018

En los últimos meses hemos visto por televisión varias veces al concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Castellón, repetir una lista de reformas fundamentales en el casco histórico que estaban a punto de ejecutarse, a la vuelta de la esquina. Ha pasado el tiempo y esos planes municipales, tantas veces pregonados, siguen retrasándose: la apertura de la calle del Pósito y la prolongación hasta la subida de La Alcazaba; el derribo de las viviendas que taponan en la calle de Almanzor la subida al monumento, y sobre todo, adecentar la zona de la Hoya que se extiende detrás de la Plaza Vieja desde los pies del cerro de San Cristóbal hasta los muros de la fortaleza.




Siendo fundamentales cada una de estas actuaciones que tiene programadas el Ayuntamiento, la que se hace más urgente es la de integrar en la ciudad y el contexto histórico la hondonada de la Hoya, que no levanta cabeza y desde hace unos años se ha convertido en aparcamiento de coches y en estercolero del barrio. Los más de doscientos cincuenta mil visitantes que durante el pasado año subieron a La Alcazaba fueron testigos del grave estado de abandono en el que se encuentra esta parte del entorno que deteriora la imagen que los turistas se llevan cuando recorren lo que seguimos llamando el casco histórico.




El problema se ha agravado últimamente porque han aparecido algunos asentamientos chabolistas que enfatizan ese aspecto de dejadez y tercermundismo que arrastra esta zona de la ciudad. En una de las cuevas bajo la muralla norte de La Alcazaba su inquilino ha colocado una puerta, un número de vivienda y hasta un buzón metálico por si pasa el cartero.




La Hoya es uno de los rincones fundamentales para entender la historia de la ciudad. Está pegada al centro de Almería, a tan solo cincuenta metros de la plaza del Ayuntamiento, y a un lado del camino que lleva hasta La Alcazaba. Allí se puede contemplar en todo su esplendor y también en toda su decadencia la parte de la muralla de Jairán que llega hasta el cerro de San Cristóbal. Es un rincón de gran belleza porque además de estar flanqueado por los muros medievales forma una pequeña rambla que une la ciudad con el arrabal norte del barrio de la Chanca, conocido como la zona de la Joya, otro recodo de una gran belleza natural.




Desde el área de Urbanismo se han dado pasos muy importantes en los dos últimos años para que los viejos proyectos de reforma se desempolven y sea una realidad de una vez por todas, pero falta ese último empujón que sigue resistiéndose. La Hoya está pidiendo un rescate urgente, una actuación prioritaria que no puede esperar, aunque moleste a todos aquellos que han encontrado allí un aparcamiento gratuito.




Un lienzo de historia en el olvido
Bajo el cerro de San Cristóbal aparece la muralla que llega hasta La Alcazaba, un lienzo de nuestra historia que ha permanecido olvidado durante décadas. Hace cincuenta años porque estaba a las espaldas del degradado barrio de las Perchas y allí no llegaban los proyectos urbanísticos, y ahora porque no acaban de cuajar las buenas intenciones y los proyectos siguen siendo proyectos.




El abandono ha convertido el lugar en una zona propicia para depositar basura y escombros. La desaparición de las cientos de matas de pencas que poblaban sus laderas ha acentuado esa sensación de deterioro que lo inunda todo. Estamos delante de uno de los rincones con mayores posibilidades del casco histórico junto al propio cerro de San Cristóbal, que siguen a la espera de que una buena iniciativa y el sentido común los ponga en valor de una vez por todas.





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