Un viaje por la despensa

El nuevo libro de Antonio Zapata invita a pasear por las joyas gastronómicas de Almería

La ilustración del libro, obra de Daniel Zapata, añade atractivo a la obra.
La ilustración del libro, obra de Daniel Zapata, añade atractivo a la obra.
Antonio Fernández
01:00 • 12 abr. 2015

La gamba roja de Garrucha, el aceite de oliva virgen extra del Desierto de Tabernas o del Andarax,  los quesos artesanales de Abrucena, Fondón o Lubrín, los embutidos de María o Serón, el buen jamón, el pescado de la costa y, por supuesto, las hortalizas que dan lustre y dinero a los almerienses.




Son algunas de las recomendaciones recogidas en el nuevo libro del gastrónomo almeriense Antonio Zapata, que se presentó ayer en el marco de la nueva edición de la feria Gastro-Art. Un trabajo que sugiere un ameno y gustoso viaje por la provincia de Almería a través de los numerosos y variados alimentos y productos elaborados que se pueden encontrar en sus comarcas. La despensa de hoy y los recuerdos de ayer se entremezclan en sus hábitos y cocinas; son 200 kilómetros de costas cálidas, valles y vegas fértiles, sierras escarpadas con nieves frecuentes o llanuras semidesérticas, todos ellos elementos culpables de la extensa variedad y riqueza gastronómica de la provincia.




 




Salto de calidad




El autor del libro, editado por el Instituto de Estudios Almerienses, afirma que junto a los productos tradicionales existe en la actualidad una nueva gama de productos de muy alta calidad, capaces de satisfacer los paladares más exquisitos. Y habla de unas hortalizas que tras el salto saludable hacia el control biológico han ganado en calidad, pero también en sabores. Y de un aceite de oliva que se abre puertas en los mercados gracias a su esmerada elaboración, y de los quesos artesanos que se fabrican en Almería, o de unos vinos que han saltado a los primeros puestos de las listas enológicas.




Zapata afirma que “no es un catálogo simplemente”, ya que los productos y sus zonas de origen “van aliñados con las historias de los alimentos y de las cocinas almerienses”. El trabajo es una invitación a descubrir lo que comían y lo que comen en cada lugar, aprovechar esa riqueza para disfrutar de una de las actividades más gratificantes como es el arte del “buen comer”, un lujo que hoy está al alcance de todos los almerienses.






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