“Los taurinos no somos sádicos. ¿Eran sádicos Goya, Picasso o Lorca?"

Marco Rubio de Bustos ha sido un auténtico referente como presidente de la Plaza de Toros de Almería

Marco Rubio de Bustos, ex presidente de la Plaza de Toros.
Marco Rubio de Bustos, ex presidente de la Plaza de Toros.
Miguel Naveros
21:49 • 01 ago. 2015

Ni a propósito. El día de la cita para esta entrevista, el diario ‘El País’ publica el nuevo mapa de la España taurina, o sea, el listado de prohibiciones, retiradas de subvenciones y nuevas normativas sobre el maltrato a los animales que están proliferando tras las últimas elecciones. 




 




 -Ha crecido el movimiento antitaurino, parece.




 -Hay ahora mismo un movimiento antitaurino muy fuerte, sí, pero yo me siento optimista. Me preocupa, desde luego, pero me siento optimista.




 




 -¿Por qué?




 -Los mismos políticos que están ahora en esta línea cambiarán en poco tiempo, creo. Tienen que darse cuenta de lo que la fiesta de los toros aporta, que es mucho.




 


 -¿Cuál es esa aportación?


 -Cifras de 2012 arrojan que se vendieron cinco millones y medio de entradas por un valor de 666 millones de euros. Calculen lo que deja eso de IVA, y lo que una corrida mueve alrededor en hostelería, transporte, publicidad, etc.


Y algo más, y que tiene mucho que ver con el mantenimiento medioambiental. La crianza de los toros supone una ocupación de más de medio millón de hectáreas. El toro es el guardián de la dehesa y mantiene un ecosistema importantísimo en flora y fauna, tan bien mantenido que... no se ha producido un solo incendio forestal en esas dehesas.


 


 -¿A qué se debe el incremento de medidas contrarias a la fiesta?


 -Ha surgido de los grupos animalistas, pero lo ha abrazado la izquierda. No quiero pensar que esta posición se haya tomado por electoralismo. Me preocupa que esta izquierda mía haya perdido la memoria y se haya instalado en unos prejuicios que no tenía antes. Los toros no son ni de izquierdas ni de derechas, son del pueblo, siempre lo han sido. Es mas, son el espectáculo más democrático que hay, en cuanto nos une a todos en la emoción, en las sensaciones, a veces muy fuertes, las que más en cualquier espectáculo, porque lo que se representa es sencillamente en vivo, está pasando de verdad.


Por eso ha atraído a tantos artistas, Goya, Picasso, Lorca, Alberti, ahora Barceló... Por cierto, a quienes nos tildan a los taurinos de sádicos, de insensibles: ¿es que no tenían sensibilidad ese Goya, ese Picasso, ese Lorca? Los aficionados no vamos a gozar viendo sufrir, a esos artistas no los mueve un sentimiento sádico.


 


 -Pero comprenderán ustedes que haya gente a la que le duela (nos duela, a mí también) el sufrimiento del toro en la plaza...


 -Yo, desde luego, lo comprendo. Me gusta ponerme siempre en el lugar del otro, en el lado contrario. Siempre lo he hecho en la vida y es método que me ha enseñado mucho. 


Y también en este debate lo he hecho. Respeto totalmente a quienes tienen posiciones animalistas sinceras, cómo no iba a respetarlo. Otra cosa es la opinión de quienes, hipócritamente, lo han asumido para conseguir beneficios políticos.


 


 -¿Como cuáles?


 -La de la prohibición en Barcelona, por ejemplo. Se ha hecho por mera estrategia política dentro del ideario separatista de negación de todo lo español.


Y no es cierto que allí no fuese la gente a los toros. En sus tres últimos años de funcionamiento la plaza de toros de Barcelona fue la quinta de España en número de corridas.


 


 -¿Temen ustedes que pueda llegar algún día la prohibición de las instituciones europeas?


 -No, porque en Europa hay mucho pragmatismo. Se conoce perfectamente su incidencia económica y social. 


 


-Ha hablado usted de los toros como símbolo. Está habiendo últimamente muchas batallas en torno a los símbolos.


-Sí, y no me gusta nada. Creo que la batalla ha de ser de ideas, no de símbolos. Cuando la batalla es de símbolos se enconan mucho los enfrentamientos.


Mire, todos saben de mi formación y vocación republicana, pues mi bandera es una y una sola, la constitucional. La bandera no es ni más ni menos que un símbolo, y esta bandera constitucional representa un ordenamiento basado en los principios democráticos.


Con el tiempo he pensado mucho en el cambio de bandera que hizo la IIª República. Sé que se incorporaba el morado de Castilla para que toda España estuviese representada en ella, lo sé, pero ahora, a toro pasado, creo que fue un error hacerlo. Tenía que haberse mantenido la misma.


Imaginémonos por un momento que, con los mecanismos constitucionales que tenemos, se llega un día a proclamar la IIIª República: ¿qué hacemos, volver a cambiar la bandera?


Pues esto que le digo vale para todo: el busto del jefe del Estado tiene que estar presidiendo un salón de plenos municipal hasta que no sea sustituido por el del siguiente jefe del Estado.


 


 -Usted es un histórico militante de la izquierda. ¿Cómo ve la situación de esa izquierda?


-Como siempre, desunida. Nos hemos repartido en una serie de grupos, aunque tengamos unos mismos sentimientos sociales, una misma cultura. Así y todo, yo estoy ilusionado con estas nuevas figuras que han surgido. Con Pedro Sánchez, con Susana Díaz, con el entorno de Sánchez que estamos conociendo. 


Lo de Almería ha sido un fiasco que retrata mucho la actitud y el comportamiento político actual, la falta de coherencia que tanto abunda. 


 


 -¿Existe en el resto de la izquierda miedo a Podemos?


 -Puede ser, y no comprendo que se le tenga miedo. Podemos ha sido ponerle cara y siglas a un movimiento que aplaudimos todos. No cabe ahora decir que le tenemos miedo porque tenga esa cara, porque tenga nombre. Tenemos que saber gestionar su presencia.


 


 -Usted fue durante años presidente del Ateneo. ¿Cómo ve el panorama cultural almeriense? 


-A pesar de lo que se dice, veo una vida cultural muy intensa. Hay días en los que la agenda se pisa, y eso es buena señal. Hay un movimiento asociativo cultural amplio y activo. Hay galerías con criterio. Hay actividad teatral interesante. En fin, que hay una buena oferta de vida cultural.


Y es muy importante la creación del nuevo museo. Tengo peros que ponerle, pero ha sido muy importante su creación.


 


 -¿A qué peros se refiere? Concrete.


 -Creo que ha primado demasiado la idea de muestra del inmueble sobre el proyecto museográfico en sí. Se nota en muchas cosas, como en la mala iluminación de un cuadro de Dionisio Godoy, el bisabuelo, o en la colección de tarjetas postales al subir la escalera, que no tiene mucho sentido. Pero que conste, ante todo, que mi valoración es positivísima. ¡Ver a Capulino, por ejemplo! Otra cosa es que crea que la pintura almeriense necesita un gran museo, para empezar grande de dimensiones, porque hace falta tener expuesta una buena representación de todos nuestros artistas, con los nuevos también, con Abraham Lacalle, Pedro Soler, Ginés Cervantes, Huecas, Paco de la Torre...


 


-Y, hablando de pintores, ¿a quién echa más de menos cuando llega agosto?


 -Imagino que se referirá a Carlos Pradal. Sí lo echo mucho de menos, muchísimo. Carlos para mí fue un acontecimiento en mi vida. Él decía de mí: mi hermano de Almería. Yo lo mismo de él.



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