XXV Años de Flamenco en Fondón

“El de Fondón es uno de los festivales flamencos más humildes pero a la vez más fraguados de los que se dan en España cada verano”

Jose Fernández
01:00 • 02 ago. 2015

Las vacaciones deben durar lo suficiente como para que se te esté echando de menos justo antes de que se descubra lo mucho mejor que marchan las cosas con tu ausencia. 


Y este período, que está a mitad de camino entre el convenio colectivo y la ley de vida, es el que pienso comenzar justo cuando usted termine de leer estas líneas. Pero antes de irme quisiera cumplir con esa costumbre no escrita de dejar apuntadas algunas sugerencias de ocio o estilo de vida para las próximas semanas, que es cosa que frecuentan ahora mucho los medios, como si en realidad alguien necesitase consejos o prescripciones. 


En todo caso, me atrevo a invitarles a que el próximo 12 de agosto no dejen de acercarse a la siempre refrescante localidad almeriense de Fondón para disfrutar, además del raro lujo del silencio ondulado -como decía Lorca en “El Poema del Cante Jondo”- de uno de los festivales flamencos más humildes pero a la vez más fraguados de los que se dan en España cada verano. Las distancias cortas y el cielo de la Alpujarra pueden ser, en ocasiones, más cúpula y más escenario que los más afamados santuarios y los escenarios más solemnes. Y de eso se dio cuenta hace muchos años mi amigo José Antonio Alemán, que ve ahora cómo su proyecto cumple veinticinco años de compás y empeño, con presencias de fama mundial como Tomatito o José Mercé tocando y cantando a pie de calle, matizando cachés y olvidándose un poco de quiénes son y hasta de dónde han llegado para ser más que nunca ellos mismos, y disfrutar de esa vuelta a los orígenes que es actuar sobre una vieja era. 




Y junto a ellos, artistas con el empuje y la proyección de Sonia Miranda, Juan Carmona o Antonio Luis López. Un gran cartel que presenta una de las citas más atractivas de todo el verano en la provincia de Almería no ya sólo por su indiscutible calidad artística, sino también por la convergencia de dos méritos poco frecuentes en estos tiempos: la perseverancia y la generosidad. Merece la pena acercarse a comprobarlo. Feliz festival y feliz mes de agosto a todos. 






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