Triunfos y éxitos en el fin de semana más taurino

Intenso ecuador de agosto para los profesionales almerienses

Jose Cabrera torea a la verónica al segundo de su lote en la plaza de Talanqueras de La Calahorra.
Jose Cabrera torea a la verónica al segundo de su lote en la plaza de Talanqueras de La Calahorra.
Jorge Ponce
23:02 • 17 ago. 2015

Dice el refranero taurino que quien no se viste de torero el 15 de agosto no es torero. Los profesionales almerienses, matadores y novilleros, han llevado esta máxima hasta sus últimas consecuencias protagonizando un  ecuador del mes taurino del año cargado de actividad. 

El primero en vestirse de luces fue el novillero José Cabrera que lo hizo por partida doble. El sábado en La Calahorra (Granada) en una epopeya de toreo clásico, añejo, tal cual lo vemos en las fotos gastadas de principios del pasado siglo. Se vistió de gala la plaza consistorial, bajo el mágino encuadre del castillo renacentista y con las talanqueras delimitando el lugar donde cada año se vuelva a jugar con la muerte. 




Sonando las campanas de las siete de la tarde daba comienzo el paseillo, rodeando la fuente que invade los medios del improvisado ruedo. Se corrió un encierro de Francisco Porcel, de impecable, por no decir excesiva, presentación. Los dos primeros ilidiables, especialmente el barrabás que hizo segundo. Los dos restantes con mejor son en la muleta de los matadores. José Cabrera se deshizo como pudo del primero para componer una faena alegre y asentada con su segundo. En total fueron tres orejas y un rabo para el almeriense y dos orejas y rabo para su rival de la tarde, Aquilino. Es de justicia destacar a Antonio Olivencia, que puso cordura en un sincontrol de parte de las cuadrillas.

Al día siguiente, domingo, tocaba el turno de la feria de Castellar (Jaen), plaza donde probara el sabor de la sangre hace dos temporadas, cuando un novillo le abrío el muslo por la corva de la rodilla. Se lidió un festival de Santiago Domecq, en el que el novillero volvió a conquistar los tendidos con entrega y alegría, llevándose el festival con un total de 3 orejas que pudieron ser más si el acero viaja con mayor precisión.




Escuela taurina
No ha sido Cabrera el único novillero en vestirse de luces el intenso fin de semana de la festividad de la Virgen. La Escuela Taurina ha hecho pleno con todos sus alumnos, que continúan con una evolución digna de admiración en el dificil mundo en el que están aterrizando. 

Hasta la plaza francesa de Beziers viajó César López acompañando a José Magaña, que lidió un eral de la ganadería gala de Robert Margé. Era el primer paseillo de Magaña en tierras francesas, con la nada sencilla tarea de mantener alto el listón que han dejado otros alumnos que han actuado en el país vecino. Salió con peligro la novillada, y Magaña firme con su novillo fue capaz  de dar una vuelta al ruedo que supo a triunfo mayor. 

El mismo día desembarcaba en Salmeroncillos (Cuenca) Sergio Roldán, con el sabor agridulce de llegar a la final del Certamen Internacional de Escuelas Taurinas ‘La Malagueta’ sin poder traerse el premio en el esportón.  Con pocas posibilidades también el novillo que le tocó en suerte, aplomado y con media embestida no permitió el triunfo rotundo del almeriense, que si pudo fajarse con el lo suficiente como para arrancarle una oreja. Al finalizar su participación en el festejo conoció que había logrado una nueva fecha, en esta ocasión en la localidad alcarreña de Brihuega.

Cerraba la participación el joven Juan Diego, que daba lidia y muerte al segundo novillo de su incipiente carrerra. Viajó para ello a Villar de la Encina (Cuenca). Lidió un añojo de apariencia de eral, rematado y con la seriedad de los dos años. Asombró a propios y extraños recibiendo al novillo con una larga cambiada y una serie de verónicas. Banderilleó con facilidad, al cuarteo y al violín y, aunque con las carencias lógicas su bisoñez, hilvanó series de derechazos y naturales jaleadas por los tendidos en fiestas. Una derecha estocada y dos orejas que le valen para salir a hombros de la plaza.

Los novilleros locales demuestran día tras día que son una realidad a tener en cuenta y con confianza (y novilladas) tenemos asegurado un brillante futuro taurino almeriense.




Festival mirando a la feria de Almería
El diestro del Zapillo, Ruiz Manuel, también aprovechó la actividad taurina de agosto para torear un festival sin picadores en Villar de la Encina. Dos complicados novillos de Apolinar Soriano sirvieron para continuar con la intensa preparación del diestro de cara a su importante compromiso en la feria de Almería. El mal juego de los novillos, uno parado y otro que cazaba moscas, le sirvió a Ruiz Manuel para emplear su técnica y mantenerse activo en los días previos. El saludo y la ovación fueron lo de menos: el objetivo está en la feria. 








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