Peralta como capitán le hablaba muy claro a Ulli

En aquel vestuario mandaba un almeriense: Jorge Peralta. Era el encargado de controlar el ambiente de un Almería difícil en el trato y con una plantilla para dar la talla en Segunda y que no terminaba de arrancar.
El gran capitán era Jorge Peralta pero el brazalete lo lucía en los partidos el sevillano Julio. El sistema no era el idóneo, el equipo no ganaba partidos y nadie podía decirle a la cara a Stielike que se estaba equivocando. Tenía todo el poder. 
Han pasado los años y se pueden contar esos secretos de alcoba de un capitán que fue directo a por el alemán y le expuso el sentir de la plantilla sobre su modelo y sus formas. No había nada que hacer, era Stielike, se le permitía todo y Peralta como otros de Almería lloraron un descenso al que les llevó una estrella del fútbol.
El capitán Peralta y todos los almerienses se quedaron sin la categoría de plata y Stielike se marchó “con una cuchillada por la espalda” dijo en su despedida, pero tanta salud lleve el alemán como descanso nos dejó.