Un ejemplo de reinserción a través de la agricultura

La Junta pone en valor esta medida en colaboración con propietarios privados y ayuntamientos

Un grupo de menores en una de las fincas.
Un grupo de menores en una de las fincas.
Redacción
20:22 • 03 oct. 2015

Veinticinco menores con medidas judiciales que cumplen sentencia judicial en Purchena forman parte del taller agrícola que explota más de 20 fincas que habían sido abandonadas por sus propietarios con la explosión del mármol en la comarca. Son fincas también que no son rentables para sus titulares ya ancianos. 
El Centro de Inserción Laboral de Purchena, a través de la Asociación Ginso,  es el promotor de la iniciativa que surgió “al ver campos abandonados en la zona”, y pretender que los niños que llegan de toda Andalucía con medidas judiciales, se puedan preparar para el futuro, contar con un sueldo que ronda los 800 euros, y tener un trabajo real”, asegura Isabel Romero, la directora del Centro de Inserción.




Reinserción “Muchos niños de hasta 19 años tienen cargas familiares, incluso, hijos y familia que mantener” y dotarlos de un empleo es fundamental para reinsertarlos, señala Romero.
Es el caso de  Valentín D, granaíno, ya con 19 años. Lleva un año y medio en el centro y aprovecha porque “quiero ser ingeniero agrícola”, asegura. 




Compatibiliza sus estudios con el almacén al que llegan los productos de las 20 fincas que gestionan donde hay de todo: naranjas ecológicas, tradicionales, cebollas Ajos, coliflor... Desde allí se reparten por toda la comarca e incluso por colegios, residencias de ancianos y particulares de Almería capital y de otros puntos de la provincia.
Christiam es otro de los adolescentes que cumplió interno su mayoría de edad, también granaíno. Afirma que el taller le sirve sobre todo “para estar al aire libre, comernos lo que producimos y que pasen los días sin estar encerrado”. 




“Es una experiencia pionera de Andalucía en toda España”, mantiene la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, Sonia Ferrer. “Somos la avanzadilla en menores en  España y más en estos centros donde los menores salen con un oficio aprendido y ejercido ya durante los años que está aquí”, afirma Ferrer.
La delegada resalta el papel de las empresas que están dispuestas a contratarlos al cumplir sus sentencias. 
Sonia Ferrer se refiere también al convenio que suscriben los propietarios de terrenos abandonados con ayuntamientos como Purchena o Tíjola, a través de la Asociación GINSO que creó la empresa INSERTA para contratar estos menores y comercializar los productos, no contempla derechos adquiridos por el Centro de Menores.  




Cesión voluntaria La Asociación o ayuntamientos como Purchena se ponen en contacto con los propietarios de tierras abandonadas, Los informan y les piden “una cesión voluntaria de las parcelas para ponerlas en valor en producción”, señala el alcalde de Purchena, Juan Miguel Tortosa. 




Asegura que las familias están muy contentas porque se ponen en valor durante un año y se retiran cuando quieren.




“El contrato es anual, se cede por un año y se retiran cuando consideran oportuna con la única obligación de dejarles recoger su cosecha”. En principio eran los vecinos más comprometidos, los que se sumaron a la iniciativa, y ahora se han ido incorporando y hay muchos vecinos que quieren hacerlo.





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