Palabra y melodía para cantar al ‘carpe diem’

Picasso acoge una versión íntima de ‘Mudanzas’, espectáculo de La Confluencia

‘Mudanzas’ en la zona infantil de la Librería Picasso, con Chencho Nzo y Julio Béjar.
‘Mudanzas’ en la zona infantil de la Librería Picasso, con Chencho Nzo y Julio Béjar.
Marta Rodríguez
22:19 • 27 nov. 2015

Tarde noche del miércoles. Planta baja de la Librería Picasso de Almería. Zona infantil. Una veintena de personas esperan sentadas en torno a una pequeña mesa de mezclas y un micrófono de pie. Al fondo, cajas de cartón. Bajan la luz. Chencho Nzo entra en escena y empieza a sonar música electrónica, que se convierte en líquida. En ruido de agua.




En ruido de lluvia. Por detrás, alguien baja la escalera. Vestido de negro y portando un paraguas del que cuelgan polaroids y una pequeña luz, Julio Béjar recorre el pasillo y alza la voz.  




“Recuerdo el olor del colegio, la mano rugosa de mamá cuando venía a recogerme, el rodeo para pasar por los columpios antes de volver a casa, la cabaña del árbol, el cemento fresco donde papá grabó nuestro nombre, el perro malo, el timbre de la bici roja del abuelo, el rincón donde mi hermano escondía sus revistas. Mi infancia como una merienda con Nutella y un capítulo repuesto de Los Simpsons”, dice. 




Se trata de uno de los poemas que conforman el libro ‘Manual de uso para mudanzas’ (Ediciones En Huida, 2013), obra de Béjar y esencia del espectáculo multidisciplinar ‘Mudanzas’ del Colectivo Escénico La Confluencia que esta tarde noche de miércoles se representa en Picasso. Una función que se enmarca en una gira andaluza que, además de en Almería, hace escala en Córdoba y Granada.




Ahora la música es el latido de un corazón, ruido de llaves y de puertas que se abren y cierran. Y Chencho Nzo sugiere que “volver puede ser un modo de avanzar”. Mientras, Julio Béjar plantea cuál es el mobiliario reglamentario para ser feliz. Porque ‘Mudanzas’ es un canto al carpe diem y una reflexión sobre amores erosionados por la rutina que dejan de ser amor. Sobre el paso del tiempo y vidas apiladas en cajas de cartón que se mudan y cambian de casa, donde se encuentran los despojos de otros corazones igualmente rotos.




Con la melodía y la palabra como únicas armas, sin más escenografía que unas cajas, Béjar se inventa juegos con la complicidad  a veces del público, a veces de Nzo. Juegos que son miradas que traspasan, brazos que sujetan una cuerda en la que tender la ropa desgastada, manos que sintonizan la radio en un cassette de cartón.




El discurso abandona la cotidianeidad del dormitorio y sale al portal megáfono en mano para parar un desahucio. El amor se torna en crítica social al pelotazo urbanístico, a la burbuja inmobiliaria. Ya no hay pilares que sostengan esta casa. Ni esta sociedad. Ni este amor. Más vale hacer las maletas y marcharse.




Hoy en Córdoba y mañana en Granada
El espectáculo que se puso en escena este miércoles en la Librería Picasso de Almería es la versión recital de ‘Mudanzas’, un montaje que normalmente aúna música, poesía y danza de la mano de Chencho Nzo, Julio Béjar y Leticia Valle y que ayer y hoy sábado se representa en el Teatro Avanti de Córdoba y mañana domingo en La Expositiva de Granada. 


La producción del colectivo La Confluencia cuenta, además, con espacio escénico de Caroline Muller y Ernesto García y Daniel Ortega como diseñor gráfico. Se trata de una adaptación del poemario ‘Manual de uso para mudanzas’, de Julio Béjar, publicado por Ediciones En Huida, “una editorial kamikaze que sólo saca poesía”, apuntó el actor al finalizar la función. 



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