Sorbas

Inmigrantes del cielo de Almería en el pincel viajero de Finn

Un artista inglés lleva al restaurante Albar  una exposición con óleos simbólicos sobre pájaros 

El artista ante una de sus obras expuestas
El artista ante una de sus obras expuestas
23:18 • 28 nov. 2015

Entre noviembre del año pasado y este mes, el artista británico Finn Campbell-Nottman ha estado pintando inspirado en los pájaros de  Almería. A los abejarucos, abubillas, oropéndolas, golondrinas, flamencos, currucas las ha llamado ‘inmigrantes’  en una serie de óleos grandes y medianos que expone desde ayer en el restaurante Albar, en la barriada El Pilar de Lubrín. Para este británico aficando en el Barranco de la Abuela,  en Sorbas, desde el año 2000 era evidente llamar así a estas aves, “la mayoría son estacionales y de paso por Almería.




Esta es la historia más antigua de la humanidad,  declara a LA VOZ.   “Decir que estos pájaros son de Almería es una falacia. Sin  embargo, Almería es una frontera, un lugar en el límite donde estas aves llegan y desde donde parten, un primer puerto y una parada en su camino de norte a sur, de continente a continente y al contrario”, afirma. El mismo es como los pájaros, un inmigrante, un artista itinerante que pasó por 21 escuelas y 70 hogares antes de parar, no se sabe si para siempre, en  Almería gracias a su madre. 




Desde Norfolk




Nacido en Londres y criado en Norfolk. Finn ha hallado el mismo impacto de la naturaleza aunque el verde de los bosques y río del entorno de su infancia son opuestos a la ocre Almería semidesertica de Lubrín y Sorbas,  “Encuentro algo parecido en el aire de Almería”, declara a LA VOZ. 

Su fascinación concreta por los pájaros le viene de cuando con ocho años tuvo que rescatar varios de una marea negra de petróleo  y luego lavarlos. Y ahora no solo los “retrata” sino que los usa a un nivel simbólico, para contar y expresar, lo que como artista busca. Finn cita a los japoneses como inspiración, pero también la literatura y el cine, un cine tan aliado del tiempo como el de Theo Angelopoulos, lento como “observar un mirlo, cómo se mueve, canta, vuela, cuando descansa...solo entonces el artista traza en unas breves pinceladas todo lo que ha visto y sentido”, confiesa. Usa a veces la cámara fotográfica para captar detalles y posturas exactas pero nunca para reflejar la realidad, porque esta va más allá de lo visto, hay una historia y un significado que Finn encuentra en los pájaros inmigrantes, que unen  pasado, presente y futuro en sus oleos. Como en su óleo titulado ‘9.11, Icarus’. 




Lo que cuenta  




En esta pintura de gran formato destacan dos plantas de agave en flor y una carraca europea que las sobrevuela. Testigo muda es una construcción humana derruida. “Este cuadro es tanto una descripción muy concreta del entorno, de la flora y aves de Almería pero también es mi percepción de las consecuencias de los hechos del 11/S de 2001, sobre lo que ha significado y significa volar para el ser humano”. Finn continúa con su analogía del hombre caído en su deseo de ser dios. Aunque su reto es realista, su pintura es simbolista y a veces abstracta. 




Silencio y tiempo  




Este artista británico ha encontrado en Almería el reposo y silencio que buscaba  después de décadas de vida agitada. “Tiempo, espacio y silencio son para mi condiciones de una vida enriquecedora y aqui los hay en abundancia. Son un lujo y en Almería los hay en abundancia. Para un británico que ha vivido muchos años en  Barcelona, esto es en muchos sentidos un paraíso, un paraíso extraño, para no engañarnos, pero un paraíso. Me hace mejor artista y una persona más asentada. Por ejemplo, esta mañana me he levantado con el coro de pájaros del amanecer y vi la salida del sol cómo avanzaba por las sierras antes  de llegar a los olivos”, afirma. 



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