El Almería recorta un punto al Huesca

“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.
Esta cita de Don Ramón de Campoamor puede explicar la razón que permite percibir de forma diferente una misma realidad.

La imagen que cada uno percibe no es una mera copia de la realidad, sino que es el resultado de un proceso ‘constructivo’, mediante el que se interpretan los datos que aportan los sentidos. Así se puede decir que todo es relativo ya que depende de con qué lo compares.
Esta ‘construcción’ está condicionada por diferentes factores y, en el caso del fútbol, emocionales.
Pues en esas estamos a la hora de analizar la situación actual del Almería.

Recorta un punto
En lo que respecta a las sensaciones y resultados del equipo almeriense desde la llegada al banquillo de Joan Carrillo una lectura amable de su trabajo y del rendimiento del equipo orece notas ciertamente positivas. La primera la mejora del equipo en defensa basada en un trabajo coordinado y solidario de todos y en buen posicionamiento de efectivos. La segunda que de los seis encuentros el Almería sólo ha perdido uno, el primero, y en los últimos compases del mismo.

Lo que implica que el equipo rojiblanco no conoce la derrota en sus cinco últimos compromisos ligueros.
Además a pasado de encajar una media de dos goles por encuentro en sus nueve primeras actuaciones a recibir sólo 4 goles en los seis últimos compromisos, lo que supone una media de poco más de un gol cada dos duelos.
Finalmente hay que destacar que con respecto a la jornada precedente el conjunto indálico ha reducido en un punto la diferencia con el Huesca, equipo que marca el límite de la permanencia y que está a sólo tres puntos de los de Carrillo.

12 partidos sin ganar
Mirando con el cristal del pesimismo hay que señalar que el equipo sigue sin abandonar el farolillo rojo. Que con el del pasado sábado el equipo acumula doce encuentros consecutivos sin conocer la victoria, una racha negativa que no sólo penaliza la posición en la tabla del equipo, sino la moral de sus componentes que, como humanos no pueden sustraerse a la sensación de frustración  y agobio que esta falta de éxitos les produce.
La asignatura más dura de aprobar para el equipo es la del gol. De marcar doce goles en nueve encuentros ha pasado a sólo tres en seis.