Almería también ha estado presente en la celebración de la Cumbre del Cambio Climático celebrada en París y que hoy cierra sus puertas. El compromiso para la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera a partir del año 2020 que está en juego en esta cita atañe a todos los rincones del planeta y por tanto, sus resultados deben ser extrapolables y vinculantes en todos y cada uno de los territorio. En este sentido la provincia podrá beneficiarse de la experiencia de Antonia Lozano quien ha acudido como representante de la Confederación Sindical de trabajadoras y trabajadores de la enseñanza (Stes) invitados por la Internacional de la enseñanza que aglutina a más de 100 millones de empleados. Su participación ha correspondido al foro aglutinador de representantes empresariales y sociedad civil donde han tenido cabida, las ONGs, asociaciones y representantes sindicales. Ante l el escaso movimiento existente en nuestro país en busca de un modo de sociedad sostenible, con una actividad económica en consonancia Lozano ha centrado su papel en la Cumbre en “escuchar y enterarnos de qué están haciendo en el resto del planeta los sindicatos. Hemos ido a tejer redes y contactos porque es fundamental”.
Agenda
El trabajo se ha centrado en la participación en reuniones, ponencias y debates en los que han podido constatar el avance en políticas de freno de los efectos del cambio climático que se están desarrollando en países situados en el cono sur de América (afectados significativamente por el calentamiento global) y otros como Alemania, Noruega o Reino Unido en el que las organizaciones ecologistas tienen un peso notorio en la sociedad.
Lozano recuerda que este es un reto de todos como sociedad ya que “va a afectar a tu día a día, quieras o no, con independencia de niveles económicos u otros parámetros”. Ante la falta de liderazgo del Gobierno español así como de los principales agentes económicos en esta materia la sindicalista anima a las organizaciones sindicales a “asumir ese rol de acción y concienciación”. Para ello es necesario modificar el propio funcionamiento de las estructuras sindicales que, a día de hoy, no cuentan en su agenda con asuntos vinculados “al cambio climático o la transición hacia una economía sostenible que sea justa para la clase trabajadora”.
Por delante, sin duda queda mucho trabajo. En este sentido, el primer paso será elaborar un informe de lo ocurrido en la cumbre climática, incorporando el acuerdo final al que lleguen los mandatarios mundiales. El segundo objetivo será establecer unas líneas de acción sindical en todos los ámbitos, y en especial, en el educativo en común con otros sindicatos. Pronto podrían dar frutos las primeras colaboraciones a través del contacto con el Observatorio del Cambio Climático en Andalucía.
Retos en la educación
El sector de la enseñanza debe jugar un papel clave en la concienciación social sobre la necesidad de frenar los efectos del cambio climático. En la actualidad en el currículum existen contenidos de poco peso como puede ser el Proyecto Kyoto de Andalucía. Ante esto, Antonia Lozano propone ir filtrando contenidos con peso en las asignaturas así como adoptar medidas de construcción en los centros de eficiencia energética, sensibilizar sobre un tipo de vida sostenible y promover el descenso en el consumo de recursos. “Se trata de hacer realidad la transición hacia una sociedad respetuosa con el medio ambiente”.
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