Un Almería notable en la línea defensiva

Osasuna jugaba para saltar la segunda plaza, el Almería para colocarse a dos puntos de salir del infierno, ni uno ni otro consiguieron el objetivo, pero la propia clasificación de ambos contendientes y el hecho de jugar en territorio hostil pone en valor el punto conquistado por los almerienses.
Uno de los peores enemigos del fútbol es el viento que dificulta al máximo el control del balón. El dios Eolo quiso castigar a los protagonistas y a los espectadores soplando con fuerza sobre El Sadar para contribuir a que el fútbol de calidad brillara por su ausencia.

La defensa

Las líneas defensivas de cinco impuestas por ambos técnicos, junto con la disciplina táctica de las dos escuadras hicieron que el futbol se atascara y que las oportunidades de gol escasearan.
A nivel de trabajo, entrega, lucha y concentración no se les puede pedir más a ninguno de los dos conjuntos. El hecho de que los jugadores de centro del campo de uno y otro equipo no tuvieran protagonismo fue la causa prioritaria de la escasa calidad y vistosidad del juego que se ofreció.

Goro sabía que tenía que cortocircuitar la conexión entre el exterior diestro Roberto Torres y los puntas y lo consiguió plenamente colocando a Zongo por delante de Dubarbier para taponar esa banda. Hasta el punto de que el máximo realizador rojillo apenas si apareció en el encuentro, aburrido por el buen trabajo de contención de los almerienses.
Solo en esta larga carrera de fondo que es la Liga Adelante se verá el valor de este punto peleado al máximo por los almerienses, en un partido igualado en casi todo y en el que la posesión del balón estuvo ligeramente del lado visitante, un 51 por ciento.