Los Aljibes Árabes, de depósito de agua a corazón flamenco de Almería

Alicia Amate / Manuel Rabaneda
01:00 • 17 may. 2016

En pleno centro de Almería, junto a la Puerta de Purchena, se encuentran los Aljibes Árabes. Son los más importantes que tuvo la ciudad en época musulmana y datan del siglo XI. Fue entonces, en plena época Taifa, cuando el rey Jayrán mandó construir una conducción de agua desde la Fuente de Alhadra, descubierta por él en lo que ahora es el barrio del Puche.  Es por ello que tradicionalmente se les conoce como Aljibes de Jayrán. La longitud de este acueducto era en el siglo XVI de 6.416 kilómetros.




Originariamente estaban divididos en dos departamentos. El primero, por donde constantemente pasaba el agua estaba formado por tres grandes aljibes a su vez, es el que aún se conserva. En el segundo departamento se encontraban otros aljibes desaparecidos en 1965.




Los Aljibes de Jairán están compuestos por tres naves de 15x3,5 metros de superficie e  intercomunicadas por arcos. Están construidas con ladrillo, como era habitual en la arquitectura musulmana, con bóvedas de medio cañón. En su interior podía almacenarse hasta 630 mil litros de agua, cantidad suficiente para abastecer a la ciudad en caso de asedio ya que esta no era la única fuente de suministro sino que contaba con pozos para norias y acequias.




A la existencia de estos aljibes, se añade la reciente rehabilitación de La Fuente Redonda, junto a la barriada del Puche. Desde esta zona se dividían las aguas entonces en tres partes: dos de ellas eran destinadas para la acequia de riego y la última era la que servía para el suministro de la población y el riego de las huertas de intramueros. Los ramales de agua comenzaban bajo tierra pero salían al exterior en la Puerta de Purchena, la zona más alta de la ciudad donde se almacenaban, finalmente en los aljibes.




Los aljibes eran habituales en el Mediterráneo como lugares de almacenamiento de agua. Eran esenciales, de hecho, para el abastecimiento necesario para tropas, población y caminantes. Habitualmente, eran semisubterráneos y contaban con una abertura rectangular para la respiración del agua y su ventilación. La división de las bóvedas se realizaba mediante arcos fajones cuando el habitáculo resultaba demasiado alargado. Finalmente, se revestía con una gruesa capa de cal y almagra, que los hacía impermeables. Sin duda, se trataban de obras de ingeniería de gran envergadura, diseñadas para su perfecto funcionamiento.




Las particularidades estructurales de este espacio han hecho que sea un lugar magnífico para ofrecer los espectáculos de flamenco en directo que ofrece la Peña El Taranto y que son uno de los mayores atractivos de las noches en el centro de la ciudad. Además, se utilizan para realizar otras actividades culturales temporales como conferencias y exposición. Asimismo, entran dentro del circuito de visitas guiadas que ofrece el Ayuntamiento de Almería, propietario de estas instalaciones desde la década de 1960.




La entrada es gratuita y pueden visitarse de martes a domingo de 10 a 13 horas y viernes y sábado, además, de 17 a 20 horas. Entre el 1 de junio y el 30 de septiembre, el horario es de martes a domingo de 10.30 a 13.30 y viernes y sábados por la tarde también de 18 a 21 horas.




Más información en el 950273039 y en www.almeriacultura.com.



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