Segundo aniversario de tu partida

Tu familia

Manuel Sánchez Alonso

  • La Voz
Es el 2º aniversario de tu partida y no ha pasado ningún día sin que nos hayamos acordado de ti. Para nosotros el tiempo no ha pasado, ya que aún persiste el dolor de ese día tan triste que tuviste que marchar. Te echamos mucho de menos, pero intentamos reconfortarnos con tu recuerdo, tus consejos, tu sabiduría y sobre todo por la Paz y Alegría que nos transmitías. Hasta el punto que cuando nos surge alguna duda, la consultamos contigo para nos ilumines y nos ayudes a poder tomar la decisión adecuada. Has sido siempre tan especial y bondadoso, que te sorprenderías de las cosas que te hemos pedido para que intercedas por nosotros. Siempre que hemos necesitado salir airosos de cualquier situación, que afectara a las personas que querías, nos hemos encomendado a ti, y hasta ahora, como siempre cuando estabas con nosotros, lo has conseguido. Ya tenemos otro “Santo” para rezarle porque tenemos la certeza que estás velando por nosotros. Intentamos vivir cono nos enseñaste y que tú espíritu este presente en todos los momentos que compartimos. Gracias por todo lo que hiciste y sigues haciendo por nosotros, ha quedado demostrado, que tu generosidad no tiene limites. A propósito, ha crecido la familia, tienes una nueva biznieta (Lucia) que nació el 24 de septiembre (el santo de mamá). Hace tiempo leímos un poema que, de alguna manera, refleja nuestro sentimiento sobre tu pérdida. (Poema de un Recuerdo) Dime por favor donde no estás en qué lugar puedo no ser tu ausencia dónde puedo vivir sin recordarte, y dónde recordar, sin que me duela. Dime por favor en que vacío, no está tu sombra llenando los centros; dónde mi soledad es ella misma, y no el sentir que tú te encuentras lejos. Dime por favor por qué camino, podré yo caminar, sin ser tu huella; dónde podré correr no por buscarte, y dónde descansar de mi tristeza. Dime por favor cuál es la noche, que no tiene el color de tu mirada; cuál es el sol, que tiene luz tan solo, y no la sensación de que me llamas. Dime por favor donde hay un mar, que no susurre a mis oídos tus palabras. Dime por favor en qué rincón, nadie podrá ver mi tristeza; dime cuál es el hueco de mi almohada, que no tiene apoyada tu cabeza. Dime por favor cuál es la noche, en que vendrás, para velar tu sueño; que no puedo vivir, porque te extraño; y que no puedo morir, porque te quiero.