A la memoria de un buen gadorense y un buen cristiano

Ha dejado un gran vacío en Gádor entre familiares y amigos

Vicente Díaz Sánchez

  • La Voz
Hoy es un día triste para todos los gadorenses. Gádor ha perdido uno de sus hijos más queridos, ha perdido a una gran persona, a un hombre bueno, a un gadorense de bien y buen cristiano. Callado, tímido, pero por encima de todo bondadoso, Vicente Díaz Sánchez nos ha dejado antes de tiempo, a los 52 años de edad. Pese a que sean parte de nuestro paso por esta vida, hay situaciones que se nos hacen muy difíciles de aceptar, y para quienes te conocíamos, resulta difícil imaginar un Gádor sin tí; pero muy especialmente para tu esposa Isabel y tus dos hijos, Vicente y Clarita, también para tu madre y tus tres hermanos. Y es que siempre has sido un hombre familiar, ejerciendo continuamente de buen padre, con un buen consejo que dar en cada momento y con un ancho hombro, siempre dispuesto para dar consuelo a los múltiples problemas que nos depara la vida. Desde muy joven la vida no te ha sonreído, pero siempre has hecho frente a todo con paciencia, en silencio, pero afrontando la vida con serenidad, con esa forma de ser tan particular tuya, en la que jamás dabas un problema a nadie y siempre hacías tuyos los de los demás, quizá por eso tu corazón te ha jugado esta mala pasada y ha dejado de latir en esta mañana de sábado. Vicente, dejas un gran vacío en la sociedad gadorense, dejas un gran vacío en la Cofradía de San Juan Evangelista, a la que pertenecías desde tu niñez y de la que eras Hermano Mayor, y a la que con tanta devoción pertenece toda tu familia. Nadie concibe en Gádor los Sanjuanistas sin vosotros. Sin duda has hecho tuya la vida del evangelista cuando predicaba: "El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor". Fuimos amigos desde nuestra niñez, me acompañaste en mi primera legislatura como Alcalde de nuestro pueblo, siendo el concejal más joven del Ayuntamiento, siempre has sido y serás un hombre bueno, cariñoso, amable, buen consejero y amigo de tus amigos. Dejas un gran vacío entre nosotros, principalmente en tu casa. Pero puedes tener la seguridad que les dejas el mejor ejemplo a seguir en esta vida, un ejemplo de humildad y entrega a tus dos extraordinarios hijos, que sin duda les ayudará a afrontar la vida por el buen camino. Unos hijos a los que has educado de una forma extraordinaria, como a tú primogénito, tu hijo Vicente, al que has inculcado los valores cristianos y de respeto de los siempre has hecho gala. Mientras tus familiares y amigos hoy te lloramos y te echamos de menos, nos consuela saber que en estos momentos te encuentras más cerca de tu admirado San Juan Evangelista, el que fuese "el discípulo a quien Jesús amaba", y que como uno de los apóstoles más íntimos de Jesús, estamos convencidos ya te habrá abierto las puertas de su Reino. Descansa en paz amigo.