Baños pedía en el calabozo ver al niño y los agentes creen que era consciente

Dos semanas después del crimen, Ana María Baños aún no ha sido explorada

Dispositivo de la Guardia Civil en el lugar del crimen.
Dispositivo de la Guardia Civil en el lugar del crimen. La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 28 oct. 2019

El destino del proceso judicial por el crimen del pequeño Sergio Fernández depende, en buena medida, de la salud mental de Ana María Baños. ¿Es imputable la presunta asesina de Huércal de Almería? ¿Sabía que mataba a su hijo?



La respuesta a estas preguntas supone la diferencia entre la prisión permanente revisable y una condena menor, atenuada por la existencia de un trastorno en sus capacidades de entendimiento.



Sergio Fernández (padre) asegura que Baños era plenamente consciente de “cómo y cuándo hacer daño” y que utilizaba al menor en su contra. Rechaza, por tanto esta versión exculpatoria del trastorno mental.



De su lado encuentra los primeros informes elaborados por la Policía Judicial de la Guardia Civil apostados al sumario (bajo secreto), ahora en manos de la magistrada Ana Belén Vico,  titular del Juzgado de Instrucción número Tres de Almería.



Los agentes



Según fuentes del caso consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA, los agentes creen que Ana María Baños era consciente de la agresión contra su hijo, conocía la gravedad del ataque y responde a una estrategia para protegerse de las acusaciones en el crimen.



Baños fue detenida en Las Norias de Daza (El Ejido) el mediodía del 10 de octubre  con el cuerpo sin vida del menor en el asiento de copiloto de su vehículo y fue trasladada inmediatamente a los calabozos de la Guardia Civil. 



Desde la celda pidió en varias ocasiones ver a su hijo y mostró un comportamiento confuso, como una gran laguna de memoria sobre los sucedido. Esta actitud se repitió en la comparecencia del pasado martes en el Juzgado de Instrucción número Tres de Almería donde dijo no recordar nada y se negó a declarar ante la magistrada.


Médicos

La Guardia Civil, en cambio, cree que todo responde a una plan y que Ana María Baños tenía suficiente capacidad para entender que estaba matando a su hijo de siete años.


De momento, dos semanas después del suceso, el Instituto de Medicina Legal de Almería aún no ha realizado un informe pericial sobre sus capacidades volitivas. El letrado de la acusación particular confirmó a LA VOZ DE ALMERÍA que solicitará el historial médico y la realización de esta prueba básica para determinar la imputabilidad de Baños.


La mujer está internada en el módulo uno del centro penitenciario de El Acebuche, está incluida en plan de prevención de suicidios y tiene un seguimiento médico, aunque tampoco consta un informe exhaustivo para determinar su salud mental.


En los últimos días se ha integrado parcialmente en la vida penitenciaria, aunque se mantiene con cierto aislamiento en el pasillo de acceso restringido donde está custodiada Ana Julia Quezada desde diciembre del año pasado. 


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