“Con 8 años me sabía las claves musicales, el solfeo era como comer para mí”

Luis Gázquez vive fascinado por la música desde que apenas tenía siete años

Luis Gázquez.
Luis Gázquez. La Voz
Fina Martín
07:00 • 19 jul. 2020

Nació con un don especial que le permitía tocar cualquier instrumento, desde el clarinete, a la guitarra, pasando por el saxofón y la batería, entre otros. Con la Orquesta Donaire y Los Trovadores recorrieron la provincia de Almería en un taxi dando conciertos. Hace más de 40 años fundó su Casa de Música. Después de todo, siempre queda un sueño






No puedo iniciar esta charla sin antes preguntarle cómo se encuentra después de la pérdida de su hijo Luis



Figúrate, eso no se lo deseo a nadie. No hay dolor más grande, pero como la vida sigue, tienes que seguir viviendo. Todas las mañanas le doy besos a una foto suya. Era un fenómeno, me he ido enterando de su sapiencia musical a través de sus amigos. Él me tenía mucho respeto, me decía: 'papá vamos a tocar: tú con el clarinete y yo con el piano'.



¿Cuál fue el primer instrumento musical de su niñez?



Tendría unos 7 años. Yo estaba con mi padre y sus amigos. Alguien me preguntó: '¿y tú qué es lo que quieres ser de mayor?'. Yo contesté que quería ser músico y tocar eso, señalando un laúd.



¿Y se hizo realidad?



Mi padre trabajaba como soldador. A los seis meses apareció un día en mi casa con algo en el hombro envuelto en papel y que parecía un jamón. Me regaló el laúd y me llevó al maestro Elías García Godoy, donde estudiaban 40 niños en su casa enfrente de la iglesia de San Sebastián. Muchos músicos le debemos mucho a este gran maestro.


¿Según usted con siete años ya sabe uno lo que quiere ser?

Te contaré una anécdota. Cuando mi hijo Luis tenía 7 años le entrevistaron en el colegio y le preguntaron también qué quería ser de mayor, y él dijo que médico, porque ya era músico; contestó (se ríe).


Qué es mejor, ¿llevar primero a los hijos al conservatorio o antes mostrarle un instrumento?

Primero que conozcan un instrumento. A veces he visto a un niño en la tienda que decía 'papá yo quiero una guitarra' y el padre le ha contestado '¿tú para qué quieres una guitarra?', y en cambio otros han dicho '¿cuál te gusta?'. Hay uno que toca la bandurria y luego dice que quiere tocar la batería, ¡ahí hay madera!.


Con 10 años fichó con la banda municipal de Almería

Con 8 años ya me sabía las 7 claves musicales. El solfeo era como comer para mí. Con 10 años ya tocaba el clarinete y Eusebio Rivera era el director de la banda municipal, que sin cobrar nada, nos daba clase a las cuatro de la tarde a aquellos que nos veía fenómenos; unos 80 músicos. 


Y llegó la Orquesta Donaire

Me integré en el grupo de los hermanos Gabriel y Francisco Donaire con 16 años. Interpretábamos salsa y los éxitos del momento. Yo tocaba el saxofón, la guitarra, el clarinete... Nuestros conciertos duraban 9 horas.


¿Cómo conoció a Cristo Sánchez de la Higuera, líder de Los Trovadores?

Vino a buscarme un día al bar Nueva York, en la calle Murcia. Yo tendría 19 años y trabajaba en una cerrajería que había al lado. Me preguntó si quería irme con Los Trovadores. Aquello me pareció como fichar con el Real Madrid. Le dije de consultarlo con Los Donaire y él me dijo si no le preguntaba lo que iba a ganar, 'a mí eso me da igual', le contesté.


¿Cómo se desplazaban para los conciertos?

Íbamos en un taxi. 7 dentro y el taxista. Aquello parecía una mudanza con los instrumentos encima del coche. Las gente nos perseguía nada más entrar en los pueblos.


Recuerde una anécdota de aquella etapa

El primer premio del festival de Benidorm en 1961 fue la canción 'Enamorada' de José Francis. Nosotros tocamos esa tarde en el Club de Mar y después actuábamos en Dalías. De camino en el coche pusieron la canción por la radio, Cristo hizo unas anotaciones en un papel y cuando llegamos la estrenamos en el Casino en primicia.


¿Le gustan las canciones que se hacen actualmente?

Escucho pocas canciones, de Sabina y Serrat, pero he oído discos que dicen 'si yo tuviera una moto', ¡pues cómpratela! (se ríe). La prueba es que hace mucho tiempo que no escucho un buen pasodoble o un buen bolero. A mí lo que más me gusta es el flamenco y la salsa.


¿Quién es su cantaor favorito?

Enrique Morente, fue muy innovador. La primera vez que lo escuché me dije: ahí, ahí. Mi hijo Luis opinaba igual. Estoy totalmente a favor de la evolución del flamenco, hay que traer valores nuevos. La innovación se impone en todo, pero  bien hecha.


¿Le queda algún sueño por cumplir?

Yo fui músico de plantilla de la Orquesta de Zarzuela del Teatro Cervantes. Mi sueño fue tocar en una orquesta internacional. De hecho me ofrecieron tocar por el mundo, pero mi padre falleció cuando yo tenía 16 años, mi madre estaba enferma y yo no la iba a dejar sola. No me arrepiento, mi vida es la música.


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